Los datos del IPC de febrero, publicados hoy por el INE, reflejan un nuevo repunte de la inflación, situándose en un 3% interanual, una décima más que en enero y alcanzando su nivel más alto desde junio de 2024. Este leve repunte se explica, principalmente, por el encarecimiento mensual de electricidad (0,9%), frente a la bajada del 5,2% experimentada un año atrás. En cuanto a la inflación subyacente, que recoge la inflación de componente más estructural, disminuye dos décimas con respecto al mes anterior, con una variación anual del 2,2%. 

Entre los incrementos anuales más destacados durante este mes, cabe resaltar el de la electricidad (28,1%), el chocolate (24,1%) o el café (14,5%). En sentido contrario, el aceite de oliva (-32,3%), el transporte de pasajeros por tren (-16,1%) o el azúcar (-15,2%) registran los descensos de precios más señalados. Con todo, la tendencia de la inflación empieza a ser algo preocupante, en tanto se aleja un punto porcentual sobre los niveles de referencia, fijados en el 2%. No obstante, si es positiva la moderación del crecimiento de la inflación subyacente, especialmente en el caso de los alimentos que, pese a seguir encareciéndose, acumulan medio año con tasas anuales inferiores a ese 2 %.

Desde UGT alertamos de que esta tendencia inflacionaria pone en riesgo el poder adquisitivo de los trabajadores y trabajadoras, especialmente en un contexto de incertidumbre geopolítica y escalada arancelaria entre Europa y los Estados Unidos. Sin embargo, las empresas han acumulado un margen de beneficios extraordinario que no solo les permite absorber los costes de la inflación, sino que también les otorga un amplio margen para incrementar los salarios de sus plantillas sin comprometer su viabilidad.

Los últimos datos del Observatorio de Márgenes Empresariales muestran la realidad empresarial: por cuarto año consecutivo, las empresas han registrado márgenes récord, alcanzando un 13,1% en términos agregados, 2,1 puntos por encima de los niveles prepandemia. En sectores como las ‘Actividades inmobiliarias’, estos márgenes han crecido de manera desorbitada, situándose 20,2 puntos por encima de la media nacional y alimentando una burbuja de precios que estrangula el acceso a la vivienda.

Los márgenes empresariales superan los anteriores a la pandemia

A pesar de estos beneficios extraordinarios, la subida salarial media pactada en convenio hasta febrero alcanza el 3%, en línea con el V AENC, que contempla incrementos adicionales del 1% si el IPC supera este umbral. Con la inflación en ascenso y los márgenes empresariales en máximos históricos, no solo es viable, sino imprescindible, que las empresas asuman su responsabilidad y trasladen parte de sus beneficios a la mejora de los salarios.

Desde UGT insistimos en la necesidad de reforzar la negociación colectiva para garantizar que los salarios no pierdan poder adquisitivo y que el crecimiento económico sea distribuido equitativamente entre el trabajo y el capital. Es el momento de que los beneficios se traduzcan en mejores condiciones laborales y en un reparto más justo de la riqueza.