Los refugiados son personas, no un problema

Fecha: 20 Jun 2019

UGT recuerda a la UE que el asilo es un derecho y le exige que no mire para otro lado


► UGT, con motivo del Día Mundial de los Refugiados, denuncia las políticas restrictivas de la UE que incumplen la propia normativa internacional al no respetar los derechos humanos.

► En lugar de proteger a quienes se ven obligados a huir de sus hogares por diferentes causas (cada vez más), las autoridades europeas se lavan las manos, reinterpretan las normas y establecen medidas de contención como los acuerdos con Turquía y Libia, que supone la externalización de las fronteras.

► No se trata de quitarse “el problema de encima” si no de establecer medidas que dignificarían la política europea: como pasajes seguros hasta la UE para solicitantes de protección internacional o la posibilidad de solicitar asilo en las delegaciones diplomáticas. Se trata de no externalizar las obligaciones derivadas de la Convención de refugiados.

► UGT exige más medios materiales y humanos e implementar las políticas desde el enfoque de los derechos humanos, y no desde una perspectiva de puro control fronterizo.

El día 20 de junio se conmemora el Día Mundial de los Refugiados. Según datos de Acnur, más de 68 millones de personas en el mundo se ven obligadas a abandonar sus hogares, y de ellas, más de 25 millones son personas refugiadas.

UGT quiere recordar que el derecho a solicitar asilo es un derecho humano, que en los últimos años está siendo obstaculizado y recortado en diferentes partes del mundo.

La UE externaliza las fronteras para incumplir sus obligaciones

En los últimos 20 años las cifras de desplazamientos forzados en el mundo se han duplicado. Nunca como ahora tantas personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares por diferentes causas. Sin embargo, las normas que deben proteger a quienes huyen, son reinterpretadas y aplicadas de forma restrictiva.

En el año 2015 se presentaron en la Unión Europea, más de 1.300.000 solicitudes de protección internacional; en el año 2018 apenas superaron las 600.000.  El descenso no se debe a que hayan desaparecido las causas que motivan la huida, sino a las medidas de contención adoptadas por la Unión Europea en su conjunto, entre otras los acuerdos con Turquía y Libia, que han supuesto la externalización de las fronteras de la Unión.

En una reciente valoración de la Comisión Europea sobre el Acuerdo con Turquía, se destacaba que desde su adopción han disminuido las llegadas de inmigrantes irregulares (incluyendo solicitantes de protección internacional). Esto demuestra, según la Comisión, que se puede luchar contra el modelo de negocio de los traficantes que explotan a migrantes y refugiados, y que ha dado lugar a un descenso en las muertes en el Mediterráneo. Pero, con independencia de que la alternativa a la travesía por el Mediterráneo, sea para migrantes y solicitantes de protección internacional, quedarse en países no seguros, sometidos en muchos casos a situaciones de esclavitud, trata de seres humanos o el riesgo a perder la vida, las Autoridades Europeas (y por descontado los Estados miembros cuya actitud y políticas incumplen obligaciones internacionales), no se plantean medidas que, sin duda, dignificarían la política europea: establecer pasajes seguros hasta la Unión para solicitantes de protección internacional, la posibilidad de solicitar asilo en las delegaciones diplomáticas y no externalizar nuestras obligaciones derivadas de la Convención de refugiados.

En España tampoco funciona el sistema del asilo

En cuanto a España, si en el año 2009 se presentaron apenas 3.000 solicitudes de protección internacional, en el año 2018 hemos alcanzado las 54.050 (el 8´5% del total de solicitudes de la Union) según datos de Eurostat. Un dato significativo acerca del estado de nuestro sistema de asilo, es que, en marzo de 2019, 890.330 solicitudes de protección internacional estaban pendientes de resolver en el conjunto de la Unión, pero de éstas el 11´6%, más de 100.000 solicitudes, correspondieron a España. Es preciso dimensionar adecuadamente nuestro sistema de asilo, con los medios materiales y humanos necesarios.

UGT considera que las políticas migratorias y el derecho de asilo en el mundo, en la Unión y en España, pueden y deben, implementarse con un enfoque basado en los derechos humanos, antes que en el del puro control fronterizo que vulnera la normativa internacional, cediendo ante la retórica de los partidos o gobiernos abiertamente xenófobos y racistas. 

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Fuente: UGT