UGT celebra el reconocimiento del Estado de Palestina por parte de España
El sindicato ilumina esta semana su sede confederal con los colores de la bandera palestina para reclamar, una vez más, el alto al fuego
Fecha: 28 May 2024
El gobierno de España, junto a los de Irlanda y Noruega, han reconocido hoy al Estado de Palestina. La Unión General de Trabajadoras y Trabajadores celebra esta decisión histórica para el pueblo palestino.
El reconocimiento de este Estado por parte de España ha sido una demanda de UGT durante décadas, en tanto en cuanto supone una apuesta por el multilateralismo, al seguir numerosas resoluciones de Naciones Unidas y acuerdos suscritos por Israel y los representantes legales de Palestina. Además, este reconocimiento implica el respeto al derecho internacional y la justicia que, aunque tarde, reconoce el derecho legal de un pueblo a existir.
La feliz y esperada noticia llega, lamentablemente, en un momento crítico para Palestina, que continúa viviendo en el horror diario de una guerra. La violencia ha aumentado en los territorios ocupados ilegalmente por Israel y es ejercida con las armas, impidiendo el uso de los bienes que son legítimamente de las y los palestinos. Esto les obliga a trabajar en unas condiciones laborales deplorables, estando pendientes de un permiso de trabajo que es revocado si deciden organizarse en un sindicato, lo que evidencia que parte del desarrollo económico israelí se basa en la permanente explotación laboral de la persona trabajadora palestina, como así ha reconocido la propia patronal israelí.
La situación en Gaza merece un capítulo aparte. Pese a la orden de arresto por crímenes de guerra del ultraconservador presidente Benjamin Netanyahu evacuada por la Corte Penal Internacional, y a la orden de la Corte Internacional de Justicia para que Israel detenga inmediatamente su ofensiva sobre Rafah, la situación, lejos de haber mejorado, ha ido a peor. El número de civiles asesinados y la total destrucción de estructuras como hospitales y escuelas constatan que estamos ante un desastre humanitario de proporciones poco conocidas.
El sistema internacional debe ser respetado
Las instituciones del Derecho Internacional han sido claras: las políticas belicistas de Netanyahu son intolerables y el sistema internacional, que se rige por reglas, debe ser respetado. Aun así, el actual gobierno israelí, que ha intentado acometer reformas de la justicia en su país duramente contestadas por la población civil israelí, se ha saltado las normas internacionales, perdiendo, así, su legitimidad democrática. Lamentablemente, el gobierno de Netanyahu ha abierto un camino de actuación para otros Estados en el cual será muy difícil retroceder.
A pesar de los mandatos de las instituciones penales internacionales y la infinidad de protestas globales a favor de un alto al fuego definitivo, el Gobierno Israelí sigue obcecado en el uso de la violencia y perpetración de la masacre. Esta obsesión colectiva que ha abducido a toda la clase política israelí ha llevado su ministerio de Asuntos Exteriores a atacar al gobierno de España y otros países con vídeos de pésimo gusto y limitando la actuación de delegaciones diplomáticas en su territorio, evidenciando la pérdida del sentido de la realidad de ese gobierno.
UGT, como organización miembro de la Plataforma Estatal para el Reconocimiento de Palestina, felicita al gobierno de España por una decisión acertada y justa, uniéndose a los más de ciento cuarenta países en el mundo que reconocen al Estado Palestino. La vía de los dos Estados es la más aceptada internacionalmente – entre otros, por Israel y las autoridades palestinas – como paso imprescindible para alcanzar una paz duradera. La única manera de defender la solución de dos Estados es reconocer al único que no está aún reconocido: Palestina. Enturbiar ese debate, dilatarlo o ensuciarlo es seguir defendiendo la masacre y el horror.
Con ocasión del reconocimiento, UGT ilumina durante esta semana su sede confederal con los colores de su bandera. Sirva esta ocasión para reclamar, una vez más, el alto el fuego inmediato y el fin de la barbarie en esa región del mundo.