Valoración de UGT ante las elecciones en Alemania
UGT muestra su apoyo a los sindicatos alemanes en la lucha por mejorar la vida de las personas trabajadoras en el país
Fecha: 24 Feb 2025

Las elecciones generales celebradas ayer en la República Federal Alemana se han saldado con un resultado esperable: el centro derecha de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) se alza con la victoria con un 28,6% de los votos, el partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD) se convierte en la segunda fuerza con un histórico resultado del 20,8% y el socialdemócrata SPD cae al 16,4% en el que es el peor resultado de su historia.
En una lectura rápida, más allá de la anunciada victoria de la CDU, puede afirmarse que los partidos políticos de la hasta ahora coalición de gobierno (SPD, Verdes y Liberales) han sufrido un duro varapalo en las urnas, resultando especialmente significativo el de los últimos, que no tendrán hueco en el parlamento alemán al desplomarse por debajo del umbral del 5% necesario para entrar en el Bundestag. Resulta también importante el crecimiento de la izquierda tradicional de Die Linke (que consigue 64 escaños) frente al fracaso de la nueva izquierda de la Alianza Sahra Wagenknecht (BSW), que tampoco supera el corte del 5% y, desde luego, el crecimiento de la ultraderecha de AfD.
Sin embargo, este ensombrecedor y preocupante último dato puede tener otra lectura: casi el 80% del electorado alemán ha dicho no a los filonazis y ha apostado por quienes han dejado categóricamente claro que no pactarán con ellos para conformar un gobierno. El cordón sanitario parece que funcionará y es una buena noticia dentro de una mala.
La polarización geográfica (Este-Oeste), generacional y de género (las mujeres han votado menos a AfD que los hombres) muestra un país dividido por cuestiones que van desde la preocupación por la economía, la migración o por no sentirse representados en partidos tradicionales y buscar alternativas políticas al futuro.
El escenario actual parece pues que pasa por una reedición de la Gran Alianza entre conservadores y socialistas que sería suficiente para alcanzar una mayoría de gobierno, aunque las negociaciones serán complejas debido a las diferencias programáticas (especialmente en materia de migración y de defensa) y el debilitamiento del SPD y no pueda descartarse la entrada de un tercer partido como los Verdes.
La desaparición de los Liberales en el futuro de la gobernabilidad del país puede ofrecer nuevas oportunidades en materia de inversión y gasto público, por lo que las organizaciones sindicales alemanas están vigilantes y activas, buscando garantizar que los intereses y derechos de la clase trabajadora de su país queden salvaguardados en un escenario complejo no sólo en lo nacional, sino también en lo global.
La Confederación Alemana de Sindicatos (DGB), especialmente sensible al aumento del apoyo a partidos de extrema derecha informando sobre las implicaciones de las políticas que promueven la segregación, la falta de unidad y solidaridad para enfrentar a los retos que tiene por delante el país está haciendo un análisis detallado de los resultados de cara a introducir propuestas en la agenda de la futura coalición de gobierno, aunque ya han enfatizado la urgencia de formar un gobierno estable y funcional, que ponga en marcha un paquete de grandes inversiones “a gran velocidad” y de soluciones rápidas y pragmáticas a los “grandes desafíos económicos” para asegurar el futuro económico del país.
La DGB ha reclamado ya que la modernización que necesita el país se centre en inversiones masivas en infraestructura, digitalización, suministro energético y tecnologías industriales del futuro, así como una reforma de peso sobre deuda pública, es decir que se permita el endeudamiento. Asimismo, la confederación sindical alemana exige que la actual crisis no se utilice como pretexto para empeorar las condiciones laborales, sino para fomentar convenios con salarios justos como base de una economía estable e innovadora. Por todo ello, la presidenta de la DBG, Yasmin Fahimi, ha exigido al próximo gobierno un Plan de Acción Nacional para fortalecer la vinculación a los convenios colectivos, un sistema sanitario de calidad, homogéneo y estable, pensiones dignas a largo plazo y fortalecer a los municipios como base del éxito económico y del bienestar de las personas. “Ahora Alemania necesita un nuevo comienzo y acuerdos fiables: el próximo gobierno debe acelerar las inversiones, asegurar buenos trabajos y comprometerse claramente con la economía social de mercado”, ha declarado la líder del sindicato.
Sus federaciones afiliadas también han reaccionado ya: IG Metall ha destacado la importancia de mantener a Alemania como una nación industrial sólida, de inversiones continuas para garantizar la competitividad y estabilidad económica del país y ha advertido del peligro de reducir abruptamente los subsidios para vehículos eléctricos, ya que esto podría generar incertidumbre entre los consumidores y afectar negativamente la demanda en la industria automotriz. Por su lado, ver.di se ha centrado en la necesidad de defender los derechos laborales, exigiendo mejoras salariales y condiciones laborales más justas en los sectores que representa.
A tenor de todo esto, no cabe duda de que el futuro de Alemania puede producir cambios en el plano económico europeo, así como en el fiscal y presupuestario, y también en cuestiones clave relacionadas con la integración europea y la estabilidad económica en la eurozona. Las posiciones de la clara ganadora, la CDU, en materia de migración, pudieran conllevar también cambios en materia de refugiados y políticas migratorias de la Unión Europea.
Alemania es la mayor economía de la UE, uno de los motores de la integración europea y su posición en la UE es crucial. Lo que ocurre en Berlín trasciende las fronteras de la capital alemana. Las malas noticias procedentes de Alemania, entre ellas la recesión, o la situación de tensión política del país, repercuten en toda la Unión y una crisis política en Alemania o un cambio significativo en su gobierno, pueden debilitar la cohesión y la capacidad de acción de la Unión Europea en su conjunto. En una Europa sin un claro liderazgo político, y con un contexto internacional geopolítico complejo, su responsabilidad de arrinconar a la extrema derecha en su país es enorme. El papel de la DGB en constituir un muro de contención para que los derechos humanos, los derechos laborales y los valores democráticos no se vean mermados, es fundamental y desde la UGT aportamos nuestra solidaridad y apoyo que sin duda será también el de todo el movimiento sindical europeo.