Urge un replanteamiento general de las políticas de integración
Fecha: 26 Oct 2015
El Secretario General de UGT, Cándido Méndez, ha afirmado que “urge un replanteamiento general de las políticas de integración en todos los estamentos de nuestro país. Debería ser un objetivo primordial para el próximo ciclo legislativo. Hay que hablar de derechos, no de discapacidad. Hablar de personas con distintas capacidades”.
Cándido Méndez ha realizado estas declaraciones en la inauguración de la jornada sobre Empleo, Discapacidad y Negociación Colectiva organizada por la Fundación Francisco Largo Caballero en colaboración con la Fundación ONCE, en la que han intervenido, además, el Presidente de la ONCE y su Fundación, Miguel Carballeda, y el Secretario de Estado de Empleo, Juan Pablo Riesgo, y donde ha señalado que “hay que formular políticas que mejoren los derechos de este colectivo y cuya integración sea prioritaria”.
“Nuestro país ha sido precursor de las políticas de integración pero, en la actualidad, la tasa de integración europea duplica la nuestra. Siguen existiendo múltiples obstáculos para este colectivo, como que la tasa de contratación sea 38 puntos inferior a la general o que la tasa de contratos a tiempo parcial sea superior al personal laboral general”.
“Hay que mantener los centros especiales de empleo y mejorar su coordinación con los servicios públicos de empleo. Las organizaciones empresariales y sindicales ya establecimos objetivos claros en este sentido en el III Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC). Hay que actuar en la empresa y fuera de ella planteando como objetivo la igualdad”.
Además, “hay que luchar contra los prejuicios atávicos de los empresarios, que ven a este colectivo como un sobrecoste cuando se ha demostrado justo lo contrario”.
Hay que equiparar el debate sobre el absentismo con el del presentismo
Preguntado por las declaraciones del presidente de CEOE sobre los cambios en la gestión de la incapacidad temporal para combatir el absentismo laboral, Cándido Méndez ha manifestado que “en lugar de poner el énfasis en el absentismo, deberían ponerlo en el cumplimiento de la ley de prevención de riesgos laborales, porque se está produciendo un repunte de los accidentes y la crisis está sirviendo de coartada para debilitar los mecanismos de cumplimiento de esta prevención”.
“Más del 80% de personas con discapacidad reconocida son de discapacidad sobrevenida. Personas que no tenían ningún tipo de problemática y, sobre todo en el ámbito laboral, se ha producido esta situación. Hay que poner mayor énfasis en el cumplimiento de las normas de prevención, porque el absentismo, en un porcentaje elevado, es consecuencia de las deficiencias en la prevención de riesgos laborales”.
Además, “habría que equiparar al mismo nivel el debate sobre el absentismo con el del “presentismo”, la prolongación injustificada de jornada, la utilización abusiva de contratos a tiempo parcial para cubrir puestos de trabajo a jornada completa, con el fin de mejorar la productividad de las empresas y las condiciones laborales de los trabajadores”.
Cándido Méndez ha considerado que una parte de las situaciones de absentismo tienen que ver también con la reforma laboral, que “ha degradado las condiciones laborales”, y no por comportamientos individualizados de los trabajadores.
En cambio, la patronal “alaba” esta reforma, que “ha sido un señuelo para las agencias de rating y para los inversores. Y este señuelo se ha hecho a costa de los derechos de los trabajadores y de las posibilidades de innovación de las empresas”.
En este sentido, ha señalado que el principal problema de las empresas es la falta de innovación y la reforma laboral, “apostando por el despido como una variable de ajuste no solo no favorece la innovación, sino que la perjudica, porque para innovar se exige cualificación y, a su vez, la cualificación exige estabilidad en el empleo. Y la reforma laboral no ofrece esta estabilidad”.
Hay que subir el SMI para mejorar el consumo y recuperar la economía
Cándido Méndez también ha contestado a las declaraciones de Juan Rosell sobre no subir el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) porque “lo cobra poca gente”. “Este dato debería servir para subirlo, precisamente, ya que tiene poca incidencia. El problema es que el propio Rosell sabe que el SMI es una referencia suelo para la evolución de los salarios”.
“Es necesario subirlo, y esta subida debe contribuir a que no se produzcan fugas que provoquen competencia desleal entre las empresas que cumplen con las retribuciones legales y las que compiten deslealmente pagando menos de lo que deberían percibir los trabajadores”.
Además, “la onda general que existe ahora en relación a este tema es de subirlo. Alemania, por ejemplo, ha pasado de negar la necesidad del SMI a imponerlo, con cuantías que ascienden al doble de nuestro país”.
“Hay que hablar de cómo mejorar el consumo de la población española, y para ello es imprescindible subir los salarios vinculándolos a la productividad”.