UGT reclama la necesidad de aumentar los salarios y rebajar el coste de la energía

Fecha: 15 Nov 2022

El IPC del mes de octubre refleja una positiva ralentización del crecimiento de los precios, aún insuficiente en relación a la pérdida continuada de poder adquisitivo de la clase trabajadora 


Los datos de IPC del mes de octubre, publicados hoy por el INE, sitúan la tasa anual en el 7,3%, confirmando la cifra avanzada por el indicador adelantado, lo que constata efectivamente una positiva ralentización del ritmo de crecimiento del índice general de precios.

Esta moderación viene motivada por el comportamiento del precio de los productos energéticos que, aunque siguen registrando valores muy elevados, ha disminuido considerablemente en los últimos meses a raíz de que se pusiera en marcha el tope al precio del gas. Una medida que, si bien podría haber ido más lejos, está dando resultados rebajando la factura eléctrica y moderando la inflación por debajo de la media de la Eurozona (estimada en un 10,7% para octubre) y de la mayoría de sus miembros.

A pesar de ello, la inflación subyacente no muestra signos de mejora y se sigue manteniendo en niveles muy elevados, concretamente en el 6,2% este mes. Una señal de que las tensiones inflacionistas han acabado por expandirse al resto de productos de la cesta de la compra, debido a la dinámica especulativa de las grandes empresas oligopólicas, que han aprovechado la situación para incrementar precios y acrecentar sus márgenes de beneficio. 

Sin embargo, UGT denuncia que la clase trabajadora sigue sin mejoras salariales sustanciales. En lo que llevamos de año, los salarios de convenio solo se han incrementado un 2,6% hasta octubre, muy por debajo de las cifras registradas por el índice general de precios, resultando en una gran caída del poder de compra de las familias que puede tener graves efectos sobre la actividad de las empresas, la creación de puestos de trabajo y el dinamismo de la economía española, además de elevar los niveles de pobreza laboral y de desigualdad económica. 

Más aún, si tenemos en cuenta que la política económica puesta en marcha por el BCE para controlar la inflación también apunta en esta dirección, incrementando los tipos de interés para restringir aún más la demanda y enfriar en consecuencia la economía. Una actuación que, para el sindicato, además de no atacar al origen de los altos precios, ahoga aún más el presupuesto de las familias que deben hacer frente al pago de hipotecas, corriendo el riesgo de desencadenar una profunda crisis tanto a nivel social como económico.  

El Gobierno se debe implicar más en el bienestar de las personas

Por ello, la Unión General de Trabajadoras y Trabajadores insiste en la necesidad de atender a las verdaderas causas de las presiones inflacionistas, ahondando en la rebaja del coste de la energía mediante la introducción de reformas en su sistema de fijación de precios, y regulando la actuación de las grandes empresas oligopólicas que especulan con el precio de productos y servicios de primera necesidad. 

Además, UGT considera fundamental incrementar de manera generalizada los salarios de la población trabajadora, tanto el SMI como los de convenio, incluyendo cláusulas de revisión salarial que actúen como elemento de protección de su capacidad adquisitiva. La moderación de los beneficios de las empresas y la consecución de aumentos salariales adecuados es una necesidad del país, sin la cual no podremos superar las dificultades actuales. Por ello, es necesario que el Gobierno se implique más, proponiendo un acuerdo global que incluya medidas en esta dirección que eviten que la patronal sigue dando la espalda a los intereses de la mayoría social del país.  

Datos de interés

La tasa interanual del IPC ha alcanzado en octubre el 7,3%, más de un punto y medio por debajo de la registrada el mes pasado, sumando ya tres meses consecutivos de descenso en su tasa interanual. En contraste, la variación mensual del índice general es el del 0,3%. Con esta cifra, la inflación media en lo que va de año alcanza ya el 8,8%. 

No obstante, la inflación subyacente, que no tiene en cuenta a los productos energéticos y los alimentos no elaborados y muestra el componente más estructural de la inflación, se sigue manteniendo en el 6,2%; 1,1 puntos por debajo de la tasa del IPC general.

Así, el INE destaca como causas de la moderación de la inflación la bajada del precio de la electricidad, que ha caído un 15,4%, y en menor medida, el abaratamiento del gas en comparación a los valores registrados en el mismo mes de 2021. Muy al contrario, hay que destacar el incremento que se ha vuelto a producir en el precio de los alimentos, que ha aumentado hasta el 15,8%, la tasa más alta desde el comienzo de la serie en 1994; concentrándose especialmente en las legumbres y hortalizas, la carne, la leche, el queso o los huevos, alimentos básicos en la cesta de la compra de cualquier familia. 


Fuente: UGT