​La Unión General de Trabajadores valora la decisión, hace solo unos días, del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, que aprobó de forma unánime una resolución demandando una tregua de treinta días para las partes en conflicto en Siria. El objetivo de esta tregua es facilitar el suministro de ayuda humanitaria y la evacuación o atención sanitaria de personas heridas y enfermas.

La resolución llega en un momento crítico para la población siria debido a la escalada de violencia de las últimas semanas. La situación es especialmente grave en zonas como Idlib o Guta, en las cercanías de Damasco, donde los bombardeos, muertos y heridos son una suma, mientras continúa la tragedia que el país viene sufriendo desde hace ya siete años y que ha acabado con la vida de más de cuatrocientas mil personas y más de diez millones de desplazados. El cruce de acusaciones de las partes, los oscuros intereses de Estados Unidos y Rusia, el juego político con el terrorismo o la migración, han dejado huérfana a una población inocente atrapada entre fuegos y sedienta de paz.

Durante todo este tiempo, la inicial confrontación civil siria devino en una terrible guerra, que ha derivado en un conflicto geopolítico de alcance mundial que ha destruido al país, pero, sobre todo, la vida de millones de personas que han tenido que emigrar, desplazarse dentro de sus fronteras o convivir con la violencia extrema de la contienda bélica y las continuas violaciones de los Derechos Humanos.

El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, que se mantiene desde hace años en deuda con el pueblo sirio debido a su incapacidad para cumplir con su función de garantizar la paz y seguridad, debe asumir un compromiso mayor al realizado hasta ahora, por un alto al fuego definitivo. Sin un compromiso permanente no podrán garantizarse niveles mínimos de seguridad para la población civil. Ninguna propuesta de solución duradera para Siria perdurará si no cesan las hostilidades.

La Unión General de Trabajadores valora la postura del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas como un débil, pero indispensable, freno a la escalada de violencia de las últimas semanas, pero además como un avance dentro la intervención del propio Consejo al haber sido votada de forma unánime, incluyendo a algunos de los países que intervienen directamente en el conflicto.

Desde UGT reclamamos a los actores participantes en el conflicto, dentro y fuera de Siria, permanecer en el sentido de la resolución alcanzada y que se convierta en un primer paso, esta vez sólido y creíble, hacia la paz, al tiempo que demandamos al Gobierno de España que asuma un rol más activo en los diferentes organismos internacionales en los que participa para favorecer la paz y la atención a la sociedad siria, incluyendo la elaboración de un plan de ayuda humanitaria suficiente para auxiliar a una población extenuada por las contiendas, cumplir con los compromisos en materia de acogida de migrantes y refugiadas y refugiados de la guerra y promover, dentro de los foros de la Unión Europea y Naciones Unidas, la negociación entre las partes en conflicto.

Sin un alto el fuego definitivo, continuará la tortura para todo el pueblo sirio así como el riesgo de extensión de la guerra.