UGT denuncia los catálogos de juguetes sexistas que refuerzan los estereotipos de género
Fecha: 22 Dic 2017
- Con motivo de la Navidad, las tiendas de juguetes nos inundan con catálogos que separan por colores los juguetes de niños y niñas y van introduciendo las tareas que se esperan de ellos y ellas.
- Se orienta a los niños desde el catálogo de juguetes al catálogo de profesiones y a juicio de UGT es absolutamente rechazable y es una situación que hay que corregir
Los estereotipos de género, que se van construyendo incluso antes de nacer, se prolongan durante toda la vida, y son la causa de las discriminaciones que soportan las mujeres en el ámbito laboral.
Muchos padres y madres desde que conocen el sexo de su futuro bebé van tomando decisiones que van a ir forjando una concepción concreta de la vida que separa a niños y niñas. Las habitaciones, la ropa, el cochecito, los accesorios del bebé que va nacer, rosa para las niñas y azul para los niños.
Durante el mes de diciembre, incluso antes, con motivo de la Navidad, las tiendas de juguetes nos inundan con catálogos que separan por colores los juguetes de niños y niñas, pero además del color, van introduciendo las tareas que se esperan de ellos y ellas a medida que van creciendo y cuando todavía no saben ni andar y hablar, las muñecas para las niñas, los cochecitos para los niños.
Además, estos catálogos de juguetes, organizados por edades, si bien uno de los planteamientos es el tamaño de las piezas y en este sentido la protección de los más pequeños y pequeñas, al mismo tiempo nos van marcando el ritmo al que vamos a ir aprendiendo las tareas que la sociedad espera de cada uno de nosotros y nosotras.
Reparto de roles
Los patrones y el reparto de roles se van consolidando a medida que crecemos, antes de pasar a desempeñarlos en la práctica. En todos los ámbitos de la sociedad, familia, escuela, jardines, espacios públicos, se van reforzando los patrones, se extienden hasta la universidad, carreras para chicas y para chicos. Y así llegamos al mercado laboral.
Quienes tienen la capacidad de contratar, entienden que las mujeres han sido preparadas a lo largo de su vida, para cocinar, cuidar, vender cosas pequeñas, enseñar, y que los hombres están suficientemente preparados, para dirigir, construir edificios, vender grandes cosas, conducir y así con un casi innumerable catálogo.
Así nos encontramos, según los datos del tercer trimestre de la Encuesta de Población Activa (EPA), que las mujeres tienen una mayor presencia en sectores de producción como la hostelería, el comercio al por menor, cuatro millones de mujeres, el 46,24 % de las mujeres con empleo se concentran en estos sectores altamente feminizados. Y más de cuatro millones de hombres, el 41,89 % de los hombres con empleo, se concentran en sectores como la industria manufacturera, el comercio al por mayor y la construcción.
Brecha por género
Ese es el recorrido de un sexo, hembra y macho acompañado a lo largo de la infancia y de la adolescencia de un catálogo de juguetes que nos lleva a la configuración de un género masculino y femenino, que va a situarnos a las mujeres en los empleos, con menor valor ya que conllevan menores salarios y menor reconocimiento laboral y social y a los hombres en los empleos que mayores retribuciones y mayor reconocimiento laboral y social. Una realidad que se construye de espaldas al artículo 14 de la Constitución Española, cuando consagra la igualdad entre los sexos como un principio fundamental.
Aunque se van produciendo cambios en nuestra sociedad son muy lentos. Los catálogos de juguetes acompasan esos cambios. Nos encontramos con algunos catálogos que van dirigidos a esa sociedad que cambia y que quiere cambiar esos roles que tradicionalmente se nos han asignado y que en modo alguno venían impresos en nuestro sexo, y otros catálogos que van dirigidos a la sociedad que se resiste a cambiar. Ambos catálogos son elaborados a veces por las mismas empresas, compañías o grandes almacenes, haciendo convivir catálogos sexistas con catálogos igualitarios.
La UGT denuncia los catálogos sexistas, que dividen los juguetes entre niños y niñas, ayudando a consolidar las diferencias entre mujeres y hombres, que se va a extender a lo largo de toda la vida laboral. Al mismo tiempo hace un llamamiento a toda la ciudadanía para que influya en la medida de sus posibilidades en el rechazo de estos catálogos de diferencias.