UGT condena la violencia del gobierno de Irán en contra de la libertad

Fecha: 11 Nov 2022

La Unión General de Trabajadoras y Trabajadores reitera su condena a al comportamiento autoritario y violento de las fuerzas de seguridad de Irán y del aparato del Estado, y apoya a las mujeres iraníes y todos los colectivos que sufren a diario las penurias de vivir bajo el yugo del islamismo más radical y que se han revelado contra esta injusticia. Asimismo, exige la inmediata liberación de los dos ciudadanos españoles que se encuentran encarcelados injustamente y de todas las personas que, en aquel país, exigiendo libertad, están siendo detenidas, torturadas y asesinadas por la dictadura religiosa 


UGT recuerda que el pasado 14 de septiembre, la joven Mahsa Amini, de 22 años, era arrestada por la policía de la Moral (cuerpo iraní que vela por el cumplimiento de los valores islámicos) al entender que no estaba usando de forma adecuada el velo. Se informó a sus familiares de que iba a recibir una orientación islámica pero Amini fue torturada por la policía hasta que acabaron con su vida. Su asesinato ha impulsado a las mujeres iraníes a levantarse contra el régimen islamista y teocrático, siendo secundadas por jóvenes universitarios y otros miembros de una sociedad harta de los abusos de este régimen con más de 40 años en el poder. 

Ana Baneira, una joven española de 22 años, motivada por el asesinato de Amini, acudió a estas protestas en apoyo a sus demandas. Ha sido detenida por las fuerzas de orden del régimen y se desconoce en qué prisión se encuentra. Con esta joven ya son dos las personas españolas encarceladas en Irán, pues Santiago Sánchez fue aprisionado el pasado mes de octubre cuando se dirigía a Qatar para asistir a la Copa del Mundo de fútbol, ya que fue a visitar la tumba de Amini.

El lema de las protestas evidencia la cruda realidad que viven sus ciudadanos: “¡Mujer, vida, libertad!”. Y lo que empezó como una manifestación contra los abusos policiales se ha convertido en una queja generalizada con la situación socio-política del país. La respuesta del Estado es aún más alarmante pues han contestado con más violencia cobrándose las vidas de más de 100 personas según la ONG Irán Human Rights, con base en Oslo.

La quema del hiyab o los cortes de pelo en señal de protestas contra los estrictos valores islámicos, ya se han convertido en el símbolo mundial de un movimiento con miles de manifestantes que claman arengas como “¡Muerte a la República Islámica!” “¡República Islámica No te queremos!”.

Es difícil predecir hasta donde llegarán estas protestas teniendo en cuenta la naturaleza autoritaria y hermética de la teocracia iraní, pero lo que sí es seguro que las mujeres y los jóvenes iraníes han puesto en jaque al gobierno, demostrando que no van a permitir los abusos que llevan sufriendo durante más de cuatro décadas y que el régimen no volverá a estar impune ante la realización de estas acciones.


Fuente: UGT