Restablecer el equilibrio en la negociación colectiva, imprescindible para mejorar la calidad del empleo y combatir la pobreza laboral

​UGT alerta de que aunque España recuperará los niveles de riqueza previos a la crisis en 2017 (según las previsiones del Gobierno) necesitaremos cuatro años más para recuperar los niveles del empleo, en términos cuantitativos. Pero además este empleo será mucho peor: más precario, temporal, parcial y con menos derechos. Para evitar esto, es preciso restablecer el equilibrio en la negociación colectiva y derogar las prerrogativas que permiten a los empresarios fijar condiciones laborales de forma unilateral. Prerrogativas que han venido de la mano de la actual normativa laboral. El sindicato considera que hay que derogar la reforma laboral de 2010 y de 2012 y recuperar la plena autonomía de las partes para garantizar una negociación colectiva equilibrada y capaz de mejorar la calidad del empleo.

Según las previsiones del Gobierno, España recuperará los niveles de riqueza previos a la crisis (en términos de PIB nominal) durante el año 2017, nueve años después, con lo que se pondría fin a una década perdida. Sin embargo, necesitaremos cuatro años más (trece años en total) para recuperar los niveles de empleo en términos cuantitativos aunque, como resultado de las políticas laborales aprobadas durante estos años, la calidad del empleo será mucho peor en términos cualitativos y nuestro mercado de trabajo seguirá siendo mucho más precario que antes de la crisis.

UGT alerta de los riesgos que supondría para la sociedad española (en términos de cohesión social, equilibrio intergeneracional, cohesión territorial, seguridad interna, y estabilidad política) el inmovilismo político frente a las desigualdades laborales y sociales, frente a fracturas sociales que requieren de políticas específicas urgentes que impidan que se transformen en estructurales.

Hoy el 35% de los trabajadores cobra por debajo del SMI (5,9 millones de personas), la tasa de temporalidad afecta ya al 27% de los asalariados y la parcialidad involuntaria asciende hasta el 61,3% (1,7 millones de ocupados trabajan a tiempo parcial porque no encuentran empleo a tiempo completo) según los últimos datos de la EPA. Además, los contratos temporales cada vez duran menos (25 días menos que en 2007) y se ha incrementado el porcentaje de asalariados con contratos de muy corta duración, especialmente desde 2012 (el número de asalariados con contratos de duración inferior al mes representaba en 2007 el 2,4% y en 2016 supone el 4,4%). Por otra parte, el 42% de los desempleados lleva más de dos años en esta situación, la tasa de cobertura por desempleo sólo llega al 55% de los desempleados, hay más 1,4 millones de hogares con todos su miembros en paro y casi 700.000 hogares sin ningún tipo de ingresos. Así, el 28,6% de la población está en riesgo de pobreza o exclusión social, muchos de ellos trabajadores con empleo.

El Sindicato considera prioritario restablecer el equilibrio de las partes en nuestro sistema de relaciones laborales, su plena autonomía y la fuerza vinculante de la negociación colectiva.

Las últimas reformas laborales cambiaron aspectos sustanciales del contrato de trabajo, el despido y la negociación colectiva. Especialmente, favoreciendo que los empresarios, unilateralmente, fijasen las condiciones de trabajo, incluidas las salariales, sin respetar lo pactado en los convenios colectivos. O para despedir de forma fácil, barata y hasta sin causa.

Los cambios con carácter general que se han producido respecto a la negociación colectiva debilitan la fuerza vinculante de los convenios a favor de la potestad unilateral del empresario. Esto se produce con el sistema creado para la inaplicación de condiciones de trabajo pactadas en convenios colectivos, o en pactos o acuerdos de empresa; con la prioridad aplicativa del convenio de empresa respecto al sectorial estatal, autonómico o de ámbito inferior, en materias básicas y fundamentales de cualquier convenio, afectando, de manera directa, a la ordenación de la estructura de la negociación colectiva; con la pérdida de vigencia del convenio al año de haberse denunciado si no se alcanza uno nuevo (ultraactividad).

Para UGT es insostenible seguir manteniendo una situación como la actual, en la que las relaciones laborales vienen determinadas por la voluntad del empresario. Por tanto, lo primero es derogar las reformas laborales de 2010 y 2012,  y a partir de ahí negociar un modelo de relaciones laborales equilibrado, garantista y eficiente que genere empleo de calidad y con derechos.

No es posible mantener un mercado laboral basado en la precariedad laboral, en la temporalidad abusiva y fraudulenta, en el tiempo parcial involuntario, en las horas extras incontroladas, en las distintas formas de trabajo sin una relación laboral (falsos autónomos, becarios), por señalar algunos de los aspectos más dañinos. Para llevar a efecto ese cambio, necesario y urgente, desde UGT apostamos por el diálogo social y por la negociación colectiva. La negociación colectiva, con plena autonomía de las partes, debe recuperar su papel protagonista en la regulación de las relaciones laborales, decidir cómo estructurar y vertebrar dicha negociación colectiva, establecer la prevalencia de los convenios colectivos de sector y la ultraactividad sin restricciones, fijando fórmulas extrajudiciales de resolución de conflictos.


 

Isabel Araque, Secretaria Confederal de UGT

Fuente: UGT