Plan Juncker, muchas dudas sobre su eficacia real
Fecha: 05 Dic 2014
La Unión General de Trabajadores considera que el Plan de Inversiones para Europa, más conocido como “Plan Juncker”, aun siendo positivo, siembra muchas dudas sobre su efectividad real, ya que solo se moviliza una cantidad muy reducida de inversión (21.000 millones de euros), mientras que el resto, hasta los 315.000 millones en tres años, se basa en inversiones que debería generar el sector privado.
Para el sindicato, este plan supone una decepción en relación a la propuesta que reiteró Juncker antes de las elecciones de la Comisión Europea, donde anunciaba objetivos y medidas de un cambio en la política comunitaria que, posteriormente, se ha visto que tan solo eran un mero deseo.
De esta forma, este plan viene a ratificar los errores de las políticas aplicadas en Europa, tanto de las coyunturales como de las pensadas a largo plazo, como la Estrategia Europa 2020 que, a mitad de camino, se confirma como un rotundo fracaso porque el diseño de los objetivos no se ha acompañado de instrumentos y medidas orientadas a su consecución.
Políticas encaminadas a reducir el déficit y la deuda en lugar de dirigirse a la creación de empleo, la inversión en I+D+i, la educación o la eliminación de la pobreza y la desigualdad social.
En lugar de ello, los continuos recortes fiscales han obstaculizado cualquier política de inversión productiva, de manera tal que las políticas constrictivas han frenado la recuperación y la creación de empleo.
El objetivo de este plan es impulsar la creación de empleo y la recuperación económica, satisfacer las necesidades, a largo plazo, de la economía europea y mejorar la competitividad de la zona, y reformar la dimensión europea del capital humano, la capacidad productiva, los conocimientos y las estructuras.
Pero UGT muestra su preocupación por algunos aspectos que el plan no clarifica para la consecución de estos objetivos, como es el criterio de eficiencia que se pretende seguir en la asignación de los fondos para los proyectos, que puede ahondar en las desigualdades ya existentes; o la necesidad de establecer quién se beneficiará del fondo, en qué condiciones, etc.
Además, hay que esclarecer las vías y mecanismos que harán llegar la liquidez a las empresas en cada Estado y exigir que el impacto de este plan no sea limitado, al actuar preferentemente en el ámbito privado.
Por ello, UGT demanda la participación activa de los interlocutores sociales en la consecución de estos proyectos, con la puesta en marcha de planes como el que propone la Confederación Europea de Sindicatos (CES) bajo el título “Un nuevo camino para Europa”, que demanda inversiones adicionales durante 10 años para crear 11 millones de empleos; o la iniciativa ciudadana europea “New Deal 4 Europe”, que pretende lograr un millón de firmas de, al menos, siete países, para exigir a la Comisión Europea la creación de un plan público de inversiones que, mediante 400.000 millones de euros en tres años, desarrolle un modelo productivo eficiente, una sociedad del conocimiento viable y la creación de empleos, en especial para el colectivo joven.