​En la víspera de la reunión de Ministros europeos de Comercio, la Confederación Europea de Sindicatos (CES) ha lanzado un llamamiento para que se replantee en profundidad las importantes negociaciones comerciales con Estados Unidos y Canadá. 

El 21 de noviembre, el Consejo debatirá el acuerdo con Canadá (Acuerdo Económico y Comercial Global, AECG), sobre el que la Comisión ha anunciado que las negociaciones han concluido, y las negociaciones que están en curso con los EE.UU. (Acuerdo transatlántico de comercio e inversión, TTIP).

La CES ha dejado claro que se opone al AECG porque:

• Incluye un mecanismo de solución de conflictos entre inversores y Estados ((RDIE) que concede ventajas jurídicas inapropiadas a los inversores extranjeros;
  
  
• No excluye claramente a los servicios públicos en los ámbitos susceptibles de ser liberalizados (o privatizados) en los países europeos; y
  
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• No se incluyen los procedimientos de ejecución para garantizar la aplicación de las normas de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
  

La CES ha denunciado que la CETA es como el "caballo de Troya" por contener el mismo enfoque inaceptable que se está dibujando con el TIPP.

La CES ha dado a conocer su postura a los gobiernos de Canadá y Estados Unidos, así como a las instituciones europeas y trabajará con los miembros del Parlamento Europeo para bloquear estos acuerdos inaceptables. Ha pedido a sus organizaciones afiliadas en toda Europa para elevar estas preocupaciones a sus respectivos gobiernos y a sus representantes parlamentarios.

La Secretaria General de la CES, Bernadette Ségol, ha declarado : “Los sindicatos de ambos lados del Atlántico están unidos en la voluntad de ver estos acuerdos negociados en aras del interés público y no a favor de intereses particulares y que no se privaticen los beneficios mientras se reparten las pérdidas. Nuestros criterios de evaluación son claros. 

El AECG no se corresponde con ellos y si el TIPP va en la misma vía querra´decir que no se corresponde tampoco.  Señalamos la intención expresada por la nueva Comisaria de Comercio, Cecilia Malmström, que considera en el enfoque de la Comisión bajo un nuevo prisma. Debería suspender ahora la firma de los acuerdos y examinar si respetan verdaderamente los principios democráticos, si crearán empleos decentes y si reforzarán los derechos de los trabajadores”.​