La OIT alerta sobre la generalización del empleo precario y los bajos salarios a nivel mundial
Fecha: 19 May 2015
Con la crisis económica actual, y tras haber sufrido varias recesiones a nivel mundial en los últimos años, el mundo del trabajo está cambiando profundamente. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el desempleo mundial en 2014 se elevó a 201 millones de personas, 30 millones más que el que había al inicio de la crisis, en 2008.
Así lo señala en su informe “Perspectivas Sociales y del Empleo en el Mundo. El empleo en plena mutación”, donde destaca cómo el modelo estándar de empleo, aquel en el que los trabajadores tienen un empleo estable, a tiempo completo y cobran en una relación dependiente con sus empleadores, es cada vez menos predominante en las economías avanzadas.
Se ha precarizado tanto el mercado laboral que el empleo informal, con contratos precarios, se está generalizando, de tal forma que menos del 40% de los asalariados tienen un empleo a tiempo completo y permanente. Es decir, seis de cada diez trabajadores lo son a tiempo parcial o temporal, siendo las mujeres las más numerosas en este segmento.
Esta transformación de las relaciones de empleo tiene consecuencias a nivel económico y social. Con el desempleo viene de la mano la bajada de salarios, que trae como consecuencia una disminución del consumo y la demanda interna y externa. Las pérdidas ocasionadas por la débil demanda mundial se elevan a 3,7 billones de dólares como consecuencia del desempleo y sus efectos.
Además, estos cambios están produciendo un aumento de las desigualdades y de los niveles de pobreza. Tener un empleo ya no te permite escapar de la pobreza y entre los trabajadores se está produciendo una descarada brecha en los ingresos.
Por todo ello, la OIT señala que las políticas públicas no deberían centrarse solo en promover la transición desde el empleo no estándar hacia el permanente, sino que deberían asegurar también una protección adecuada para los trabajadores ocupados en todos los tipos de empleo. En la actualidad solo pueden beneficiarse de la mayoría de las prestaciones aquellos que tienen un empleo regular, abriendo muchas brechas en la protección social de los trabajadores ocupados en diferentes tipos de empleo.
Muchos gobiernos han respondido a estas transformaciones laborales adaptando las normativas sobre empleo y extendiendo el alcance. Sin embargo, en algunos países, donde las legislaciones no tienen en cuenta los cambios constantes en las relaciones de empleo, un gran número de trabajadores todavía carece de cobertura en la protección por desempleo. Incluso se ha dado la paradoja de que en algunos países, sobre todo de Europa, han cambiado la legislación disminuyendo esta protección con el falso pretexto de estimular el crecimiento del empleo, produciendo justamente el efecto contrario, el aumento del desempleo.