Un tratado que, para el sindicato, supone la prioridad de los mercados y entidades financieras frente al interés de los ciudadanos. En este sentido, el sindicato considera que los tratados comerciales deben dirigirse a defender un comercio justo y a garantizar los derechos de los trabajadores y trabajadoras y los consumidores y consumidoras. Sin embargo, tanto el TTIP como el CETA se están desenmascarando como instrumentos para preservar los intereses de las multinacionales, en detrimento del interés general.

Acuerdos que se ha pretendido que fuesen firmados y ratificados sin conocimiento de la ciudadanía y sin debate parlamentario, en un secretismo que pone en juego la soberanía democrática de los países.