UGT insiste en la necesidad de una reforma fiscal integral
Fecha: 18 Ene 2019
Los impuestos aprobados hoy son demandas sindicales
• UGT valora la aprobación en Consejo de Ministros del Impuesto a las Transacciones Financieras y la Tasa Tecnológica, dos impuestos justos y necesarios, para garantizar un Estado de Bienestar justo, sólido y equilibrado.
• El sindicato alerta, sin embargo, sobre la baja presión fiscal en nuestro país (se recaudan 80.500 millones menos que la media de la Unión Europea, esto es 7 puntos de PIB).
• En este sentido, demanda una reforma fiscal mucho más amplia, más justa y equitativa.
El Impuesto a las Transacciones Financieras, - un tipo impositivo destinado a disuadir a los inversores de que realicen operaciones con fines meramente especulativos-, y la Tasa Tecnológica, - un tributo a los servicios digitales-, aprobadas hoy en Consejo de Ministros, son impuestos justos y necesarios, demandados por el movimiento sindical internacional y europeo y que se están impulsando en la UE.
Los impuestos son clave para mejorar la redistribución de la renta, ya que contribuyen a mejorar la equidad económica y la cohesión social. Sin embargo, en la actualidad, según datos de Eurostat, España recauda 7 puntos porcentuales de PIB menos que la media de la Unión Europea (37,9% frente a 44,8%), lo que significa que nuestro país deja de recaudar 80.500 millones de euros respecto a Europa.
Por eso, más allá de la aprobación de estos dos impuestos, UGT reclama una reforma fiscal integral para recaudar más y de manera más justa. Una reforma que incluya la lucha contra el fraude fiscal, limite las exenciones y bonificaciones y refuerce nuestro Estado de Bienestar.
En el marco de esta reforma fiscal más progresiva, el sindicato propone, entre otras cuestiones:
- Situar la lucha contra el fraude fiscal en el centro de la actuación política, dotando a las administraciones tributarias de los medios humanos, materiales y técnicos necesarios.
- En el IRPF, eliminar la tributación dual (con dos tarifas diferenciadas) que beneficia a las rentas del capital y castiga a las del trabajo. Hay que eliminar progresivamente la mayoría de deducciones fiscales, que favorecen más a los que más tienen.
- Establecer una imposición real sobre la riqueza, con carácter general, que integre todo el patrimonio de los contribuyentes.
- En el Impuesto de Sociedades, limitar al máximo las exenciones, deducciones y bonificaciones, especialmente las que afectan en la actualidad a los grandes grupos empresariales multinacionales, y garantizar un tipo efectivo mínimo.
- Revisar la tributación de todos los instrumentos financieros y societarios que sirven para eludir legalmente el pago de impuestos sin contrapartidas positivas (como las SICAV).
- En el IVA, revisar la estructura de tipos, asegurando que todos los productos de primera necesidad tributen al tipo superreducido, eliminar la exención de sanidad y educación privadas, e impulsar en Europa un tipo impositivo ampliado para los bienes de lujo.
- Diseñar una fiscalidad ambiental que nos equipare a Europa, tanto en su vertiente de protección medioambiental como en su capacidad recaudatoria, sin descuidar su impacto sobre la cohesión social y territorial.
- Crear un nuevo impuesto para las viviendas vacías de las Entidades Financieras, con el propósito de evitar actuaciones especulativas y propiciar su disponibilidad para los parques públicos de las distintas administraciones públicas.
- Gravar de forma homogénea las sucesiones y donaciones en todo el territorio nacional.
- Establecer un impuesto sobre la banca.
- Crear un nuevo impuesto que se destine, de manera finalista, a la financiación del sistema público de pensiones (impuesto de solidaridad).
- Ofrecer una solución estable y satisfactoria, fruto de un amplio consenso, a la fiscalidad territorial, de modo que cada Administración contribuya al cumplimiento de los principios y objetivos generales del sistema.