​La Unión General de Trabajadores reivindica la derogación de las reformas laborales de 2010 y 2012, y en especial aquellas medidas de flexibilidad interna que conceden a las empresas prerrogativas para el establecimiento unilateral de condiciones de trabajo, y que suponen la revocación de hecho del derecho constitucional de los trabajadores a la negociación colectiva y a los derechos de información, consulta y participación en la empresa.  

Si bien las reformas laborales, especialmente la impuesta en el año 2012 mediante la mayoría absoluta del Partido Popular en el Parlamento, tenía como objetivo fundamental permitir a las empresas medidas de ajuste mediante el despido fácil y barato de los trabajadores, además de una devaluación salarial y de las condiciones de trabajo que les permitiera reducir costes, se aprovechó la ocasión para introducir prerrogativas exorbitantes a los empresarios con las que manejar a su antojo las condiciones de trabajo y reducir a su mínima expresión las posibilidades de intervención y oposición de los trabajadores.

UGT considera que la apertura de esta nueva etapa política, en la que la negociación y el acuerdo deben volver a presidir las relaciones políticas, institucionales, y laborales, exige una reversión en profundidad del unilateralismo autoritario que ha presidido las relaciones de trabajo durante los últimos años, y restituir a los trabajadores su derecho a la negociación colectiva y a negociar y defender sus intereses en el seno de las empresas.

En este sentido, el Sindicato considera necesario acordar una regulación más justa y equitativa para cuestiones como la movilidad geográfica de los trabajadores, los procedimientos en materia de suspensión y reducción de jornada, o los mecanismos vigentes para el establecimiento y modificación de las condiciones de trabajo (clasificación profesional, movilidad funcional, jornada de trabajo, distribución irregular de la jornada, inaplicación de condiciones salariales, etc…).

Tal y como empieza a vislumbrarse en algunos estudios de carácter internacional, el debilitamiento provocado en los sistemas de negociación colectiva de muchos países y sus repercusiones en el empobrecimiento de grandes capas de la población trabajadora, que han perdido condiciones de vida y expectativas de mejora para el futuro, se ha sumado a otros factores y está repercutiendo en forma de decisiones electorales inesperadas sobre la gobernabilidad de los Estados y la comunidad internacional. Es en este sentido que UGT considera esencial reestablecer el equilibrio en el sistema de relaciones laborales de nuestro país, y restaurar los mecanismos de negociación y concertación en las instituciones del mundo del trabajo.