Temporalidad y parcialidad involuntaria marcan la creación de empleo en el último año
Fecha: 22 Ene 2015
Los datos de la EPA del último trimestre de 2014 muestran un aumento del empleo en 65.100 personas respecto al trimestre anterior y un incremento del desempleo en 30.100, situando la cifra total de parados en 5.457.700. En el balance anual, ha aumentado el empleo y ha disminuido el desempleo, lo que hace que el mercado de trabajo español muestre señales de recuperación. Pese a ello, UGT resalta que el empleo que se crea consolida la temporalidad y la parcialidad (sobre todo la involuntaria), empeoran las condiciones de trabajo para lo que ya tienen empleo y aumenta el paro de larga duración. Además, la consolidación de puestos de trabajo creados es insuficiente, ya que aún se necesitan cerca de 2,5 millones de empleos y reducir el paro en 2,2 millones de personas para lograr los niveles de 2008. Por ello, el sindicato considera imprescindible otra política centrada en las personas. Una política que reduzca el desempleo, cree empleo de calidad y con derechos y mejore los salarios para disminuir los niveles de desigualdad y pobreza y poder encarar la recuperación de manera sostenible, igualitaria y equilibrada.
Según la Encuesta de Población Activa (EPA), en el último trimestre de 2014 el empleo creció en 65.100 personas con respecto al trimestre anterior (un 0,37%), mientras el desempleo también lo hizo en 30.100 (un 0,55%). El número total de desempleados se situó en 5.457.700, y la tasa de paro subió en el trimestre 0,03 puntos hasta el 23,7%.
En el balance del año las cifras muestran un aumento del empleo de 433.900 personas (un 2,53%) y un descenso del paro (477.900 personas menos en desempleo, lo que supone una reducción del 8%).
El mercado de trabajo español muestra señales de recuperación del empleo con un crecimiento de la ocupación desde el último trimestre de 2013 hasta el último de 2014 del 2,5% y una tasa de empleo que se sitúa en el 57,6%. Mientras, el número de parados desciende en un año un 8%. Sin embargo, la tasa de paro, en un 23,7%, no logra descender más que 2 puntos.
Estos desfases entre el comportamiento del empleo y del paro se encuentran en la trayectoria seguida por la población activa. Esta muestra un aumento trimestral del 0,4% (95.200 personas activas más), acorde con el descenso de la inactividad en el trimestre (salen de la inactividad 95.000 personas). La tasa de actividad sube 0,25 p.p. hasta el 59,7%. Lo que explica que haya aumentado tanto el número de ocupados como el de desempleados en el trimestre.
En el año, en cambio, la población activa cae en 44.000 personas (-0,19%), al tiempo que los inactivos aumentan (24.200 más). En este caso el descenso del paro está relacionado, no sólo con la creación de empleo en el año, sino también con el retroceso de la población activa relacionado con el efecto desánimo.
El trimestre es positivo para el conjunto de sectores, excepto el sector servicios (cuya ocupación cae en 17.200 personas, un 0,13%. Destaca el sector agrario con un aumento del empleo trimestral del 9,4%.
Sin embargo, en un año, ha sido en este sector primario donde más ocupación se ha perdido (un 6,23%). Mientras, destaca el crecimiento anual del empleo en la industria y en la construcción, en el entorno del 4% ambos. La ocupación en el sector terciario crece anualmente un 2,6%.
En términos trimestrales y anuales aumenta el número de ocupados en el sector público y, sobre todo, en el privado.
Por sexo, en el año, ha aumentado el número de ocupados y ha descendido el de parados entre los hombres y las mujeres. Pero se encuentran diferencias trimestrales: en el caso de las mujeres se muestra esta misma tendencia positiva, mientras que la ocupación masculina cae y aumenta su desempleo. Hay que tener en cuenta que la actividad en el año y en el trimestre ha bajado entre los hombres, y en el caso de las mujeres es menor en el año, pero sube en el trimestre.
Por grupos de edad, cabe destacar el descenso de ocupación mostrado en los grupos de jóvenes, a pesar de la puesta en marcha de programas específicos como el Plan de Garantía Juvenil. Una situación que, junto al descenso del paro entre este colectivo, sólo se explica por la caída de la actividad entre los 16 y los 35 años (en promedio para estos rangos de edad, el número de activos se ha reducido un 5% en el año y un 3,7% en el trimestre), que se explica no sólo por el envejecimiento de la población sino también por la salida de jóvenes a otros países en busca de oportunidades de mejores empleos.
La reducción del paro se muestra en los grupos de jóvenes, y las personas que buscan su primer empleo; así como en la agricultura. Desde el cuarto trimestre de 2013 se reduce en todos los colectivos por edad, salvo en este sector y entre los mayores de 55 años.
En este sentido, destaca el incremento (3,7% anual) del número de parados con 55 y más años. UGT advierte del riesgo de efecto desánimo y de la situación de este grupo de trabajadores por las dificultades que presentan a la hora de reincorporarse al empleo y la ausencia de políticas destinadas a su empleabilidad.
A ello se añaden los datos de desempleo de larga duración. En 2008 poco más del 20% de las personas en desempleo llevaba más de un año buscando empleo, un porcentaje que se sigue elevando hasta el 61,4% en el cuarto trimestre de 2014, siendo cada vez mayor la incidencia de las personas que llevan buscando empleo más de dos años (43,7% de los desempleados). En concreto, el número de personas en esta situación ha crecido en 75.400 personas en un año y sólo en el trimestre en 43.600 personas.
El número de asalariados ha aumentado en 69.900 personas (0,49%); con un avance anual del empleo temporal (un 5,3%; 176.900 personas) y del indefinido (un 1,98%, 212.800 personas). Este trimestre se observa la finalización de la temporada estival en cuanto a la menor incidencia de la contratación temporal, que desciende un 1,15% respecto al trimestre de verano; mientras, sube la contratación indefinida un 1%.
No obstante, la temporalidad sigue constituyendo uno de los elementos estructurales del mercado laboral español: la tasa de temporalidad se mantiene en el 24,2%, medio punto superior a la registrada en el mismo trimestre del año 2013.
Destaca de nuevo la parcialidad, que definitivamente se consolida como un elemento estructural más de nuestro mercado de trabajo que permite obtener mejores ritmos de creación de empleo. En un año queda plasmado que hay 66.500 ocupados a tiempo parcial más que en igual trimestre del año anterior.
La tasa de parcialidad (tras el descenso que muestra cada trimestre de verano) aumenta otra vez este trimestre hasta superar el 16%. Hay que tener en cuenta que, sólo en el último trimestre el número de empleados a tiempo parcial subió un 7,46%, 195.900 personas, de las cuales 111.200 aceptaron un empleo a tiempo parcial por no encontrar uno a tiempo completo. La parcialidad involuntaria se mantiene así en el 62,7%, con casi 1,8 millones de ocupados a tiempo parcial involuntario.
Otras formas de subempleo se manifiestan dentro del grupo de ocupados por cuenta propia que son independientes. Tanto en términos anuales como trimestrales se produce un incremento del empleo de este grupo.
Conclusiones:
Los datos ofrecidos esta mañana por el Instituto Nacional de Estadística corroboran una mejora que se viene produciendo en los últimos meses en algunos indicadores económicos y del mercado de trabajo, perfilando una mejora general en el año 2014.
Es una realidad que el inicio de la recuperación económica en España está viniendo acompañado por un aumento en el empleo. Sin embargo, las optimistas cifras de cierre del año 2014 presentadas no pueden hacer olvidar que el paro se ha enquistado en nuestra economía, con tasas que no bajarán del 23% en el año 2015 (según diversas previsiones). Además, hay que considerar que los pronósticos del PIB son moderados para los vecinos europeos (fundamentalmente en Francia y Alemania), poniendo en riesgo la recuperación de la actividad y del empleo en España.
Además, como ponen de manifiesto las estadísticas, se trata de un empleo con una parte importante de precariedad, donde sigue enquistada la temporalidad, y ascienden la parcialidad involuntaria y otras formas de subempleo.
Por tanto, para UGT, la consolidación de la creación de empleo es insuficiente. Más de 5,45 millones de parados, que elevan la tasa de desempleo hasta rozar el 24%, son elementos que prueban la fragilidad del modelo. Aún se necesitan cerca de 2,5 millones de empleos y reducir el paro en 2,2 millones para lograr los niveles que teníamos a fin de 2008.
Tampoco hay que olvidar que a lo largo de la crisis la destrucción de empleo y el aumento del paro han ido acompañados de peores condiciones laborales para aquéllos que no han perdido el empleo o han sido contratados durante la incipiente y lenta recuperación. Una flexibilidad impuesta al trabajador, facilitada la reforma laboral, a remuneraciones inferiores y con peores condiciones laborales.
A los fenómenos estructurales de nuestro mercado laboral, como es la temporalidad descausalizada en la contratación (cuya tasa se mantiene en el 24,2%), se han unido con fuerza nuevas formas de precariedad. Entre ellas, un auge del empleo a tiempo parcial involuntario (situado en un 62,7%), que ha ido de la mano de un aumento del número de horas efectivas trabajadas a la semana por los empleados a tiempo parcial, junto a un incremento del peso de las horas extraordinarias no pagadas.
Asimismo, se está produciendo un avance de la precariedad en el desempleo, con una extensión del paro de larga duración (superior al 61%), una tasa de cobertura en descenso (el porcentaje de beneficiarios de prestaciones sólo alcanza al 45% de los desempleados EPA) y unas políticas de empleo que no están siendo efectivas a la hora de mejorar la empleabilidad de las personas, en especial de los jóvenes y sobre todo de los mayores de 55 años.
La crisis y la reforma laboral han traído consigo una precarización del mercado laboral y de los derechos de los trabajadores, produciendo un aumento de los niveles de desigualdad hasta situar a casi el 30% de la población española en riesgo de pobreza y exclusión social.
Por todo ello, la Unión General de Trabajadores considera imprescindible otra política centrada en las personas. Una política que reduzca el desempleo, que cree empleo de calidad y con derechos, que mejore los salarios de la población de nuestro país para estimular el consumo y la inversión y consigamos encarar la recuperación, en una senda de crecimiento sostenible, con una disminución de los niveles de desigualdad y pobreza.