Si no es posible devolver lo cobrado mediante el céntimo sanitario, el Gobierno debe emplear ese dinero para financiar la sanidad
Fecha: 02 Jun 2014
UGT apuesta por un nuevo modelo de financiación sanitaria consensuado, que garantice la suficiencia de recursos para atender a los servicios de asistencia sanitaria en el conjunto del SNS y en cada una de las CCAA, con una financiación que proceda de impuestos en los que primen los criterios de progresividad, solidaridad y justicia. El sindicato considera que es fundamental recuperar el carácter finalista de la financiación sanitaria con un desarrollo reglamentario del Fondo de Cohesión acorde con sus fines de equidad, solidaridad, cohesión sanitaria y corrector de desigualdades, todo ello, en aras de garantizar que nuestro Sistema Nacional de Salud siga siendo un sistema de redistribución social.
La Secretaria de Política Social de UGT, Carmen López, remitió ayer una carta a la Ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Ana Mato, para mostrar el acuerdo del sindicato con la Sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) que considera contrario al derecho de la Unión el Impuesto de Venta Minoristas de determinados Hidrocarburos –conocido como “céntimo sanitario”- y que insta al Gobierno a la devolución de lo recaudado por, entre otras cosas, no cumplir el principal requisito para este tipo de gravamen: perseguir una finalidad específica.
Carmen López recuerda en la misiva que el sindicato ya denunció en 2002 la aplicación de esta medida por considerarla injusta e insolidaria, ya que no atendía a la capacidad contributiva de los ciudadanos y, sobre todo, reclamó en su momento al Gobierno que la financiación de la sanidad pública se hiciese a través de impuestos directos puesto que algunas Comunidades Autónomas utilizaron el “céntimo sanitario” para financiar otras competencias asumidas, no sanitarias.
El sindicato considera que se deben poner todos los medios necesarios para la cuantificación y pronta devolución al conjunto de los afectados y, en caso de no ser posible dicha devolución, o en su defecto la cuantía sobrante, exige que dicha cuantía se destine a la tan maltrecha financiación sanitaria para que al menos consiga el fin para el que se propuso en un principio.