Salir de la recesión no es sinónimo de salir de la crisis
Fecha: 05 Ene 2016
La Unión General de Trabajadores valora el buen comportamiento del paro en el mes de diciembre, gracias a la campaña navideña y a la evolución desempleo en el sector servicios, pero alerta de que la creación de empleo en 2015 debe tratarse con cautela, en el marco de una recuperación de la actividad económica basada en la estacionalidad, la temporalidad –que supera el 26% de los asalariados- y la precarización de las condiciones de trabajo y de la contratación en nuestro mercado laboral – con 2,7 millones de ocupados a tiempo parcial de los que 1,7 son involuntarios-.
El sindicato denuncia la disminución de la cobertura por desempleo que alcanza ya al 55% de los desempleados y recuerda que se mantiene la extensión del paro de larga duración ya que, en el tercer trimestre de 2015, el 60,7% de las personas en paro llevaba más de un año buscando empleo y el 44,5%, más de dos años.
Además de reponer los derechos de los trabajadores derogando la reforma laboral, es necesario recuperar el poder adquisitivo de los salarios, potenciar las políticas activas de empleo y dar un giro a la política económica que debe apostar por innovación, formación y conocimiento, factores que generen empleos de calidad, a la vez que reducen las desigualdades y la pobreza.
En este sentido, son áreas prioritarias las inversiones que activen el crecimiento económico, junto al reforzamiento del sistema de protección social y de la prestación de servicios públicos de calidad.
El año 2015 finaliza con 4.093.508 parados registrados, según los datos publicados esta mañana para diciembre por el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE). Esta cifra supone un descenso intermensual de 55.790 personas con respecto a noviembre (-1,34%), mostrando el menor descenso absoluto de los últimos cuatro años.
En términos interanuales, la reducción es del 7,96%, es decir, 354.203 parados registrados menos que en el mes de diciembre de 2014. En términos desestacionalizados la reducción es de 1.258 personas.
- En el último mes del año sólo descendió el desempleo femenino (un 2,57%, con una reducción de 58.525 mujeres desempleadas), mientras el masculino aumentó en 2.735 hombres (un 0,15%). Este hecho se explica por el comportamiento de la actividad económica. Desde diciembre de 2014 se han reducido ambos (un 11,23% en el caso de los hombres y un 5,01% entre las mujeres).
- Por sectores de actividad, el paro registrado en el mes de diciembre se reduce sólo en servicios (-2,22%), agricultura (-1,09%) y en el colectivo sin empleo anterior (-3,52%). En cambio, aumenta en la industria (un 1,25%) y la construcción (un 3,53%). En términos anuales, desciende el desempleo en todos los sectores: en la agricultura un 8,7%, en la industria un 13,19%, en la construcción un 16,54%, en los servicios un 5,45% y en el grupo sin empleo previo un 7,96%.
- En diciembre estaban registrados como desempleados 342.177 jóvenes menores de 25 años. Ha descendido el desempleo en el mes entre los menores de 25 años un 6,8% (24.970 parados jóvenes menos en este mes), y 45.773 parados jóvenes menos en términos anuales (un -11,8%).
- Por lo que respecta a los trabajadores extranjeros, el número de desempleados desciende en el mes un 1,28%, hasta la cifra de 487.217 personas. En la variación anual se observa un descenso del 8,24%.
- El número total de contratos registrados en diciembre se reduce un 0,62% respecto al mes anterior, situándose la cifra total en 1.594.915 contratos firmados. Disminuye un 18,82% el volumen de contratos indefinidos y crece un 1,02% el de temporales. Si lo comparamos con los registrados en diciembre de 2014, el global de los contratos registrados se incrementa un 15,23%; en este caso el aumento de la contratación temporal (del 15,8%) es muy superior al de la indefinida (8,02%).
- La proporción de indefinidos sobre el total de contratos se sitúa en un mínimo de 6,76%, frente al 8,5% obtenido en diciembre de 2014; es decir, casi dos puntos por debajo.
- La contratación indefinida a tiempo completo cae en el mes un 14,53%, aunque en el año aumenta un 9,99%. Por el contrario, el empleo temporal a tiempo completo crece un 2,26% en diciembre, y anualmente lo hace un 16,4%. Destaca la evolución de los contratos temporales a tiempo parcial, que aumentan un 14,56% en un año.
- Se han registrado 9.646 contratos para emprendedores, mostrando un descenso mensual del 24,4% y un aumento anual del 30,9%.
- La afiliación a la Seguridad Social se sitúa en 17.308.400 cotizantes, un 3,18% más que en diciembre de 2014. En el mes se han afiliado 85.314 personas más, un 0,5%, de las cuales 45.506 pertenece al régimen general (31.914 al sector del comercio y 14.200 a actividades sanitarias y servicios sociales).
- El número de beneficiarios de prestaciones cae de nuevo en noviembre de 2015 frente a noviembre de 2014 (un 12,2%), un nuevo descenso que rebaja la tasa de cobertura al 55,25%, 4,6 puntos menos que un año antes. El gasto total del sistema de protección por desempleo ha descendido un 13,3% respecto a noviembre de 2014, así como el gasto medio por beneficiario (un -1,2%).
Conclusiones
Valoración de los datos del mes de diciembre
UGT valora el buen comportamiento del mes de diciembre, gracias a la campaña navideña y a la evolución del empleo en el sector servicios (comercio y actividades sanitarias). No obstante, alerta sobre el carácter estacional de esta situación, que muestra no sólo la elevada temporalidad que supone sino un problema de fondo: la precarización de la contratación en nuestro mercado laboral.
Balance anual de la situación
Este verano de 2015 se cumplieron ocho años desde que estalló en Estados Unidos la crisis económica mundial, cuyas consecuencias aún perduran. En España, el análisis de cierre de 2015 deja una mejora en la actividad económica, visible desde mitad de 2014, y que está impulsada por la relajación monetaria del Banco Central Europeo, la caída de los precios del petróleo en los mercados internacionales y la depreciación del euro frente al dólar.
Pero la salida de esta segunda recesión en nuestro país ha llegado tarde y ha quedado marcada por el daño irreparable sufrido por el mercado de trabajo, en términos de extensión del desempleo, de desprotección de las personas y de precarización de las condiciones laborales. Como consecuencia, se siguen acrecentando las desigualdades económicas y sociales, dando lugar a un descenso de la renta media y a un incremento en los niveles de riesgo de pobreza y exclusión social. Para UGT, salir de la recesión no es sinónimo de salir de la crisis.
La depresión sufrida en España se ha manifestado con especial virulencia en el mercado de trabajo, en cuanto a pérdida de empleo y aumento del paro y en términos de un avance de la precariedad en la contratación.
La creación de empleo ocurrida en 2015, debe tratarse con cautela, en el marco de una recuperación de la actividad económica y considerando la fuerte incidencia de la estacionalidad en España. Al mismo tiempo, se han reducido el número de parados y la tasa de paro, debido en parte al efecto desánimo de la población activa. Es necesario tener en cuenta que la tasa de actividad ha disminuido, estancándose en valores inferiores al 60 por ciento que se había logrado en años previos.
Empleos más precarios
Cabe destacar los efectos que la reforma laboral y sucesivas normas, así como los recortes en los gastos públicos y la ausencia de políticas activas de empleo eficaces, están teniendo sobre el mercado de trabajo.
En primer lugar, la temporalidad sigue en ascenso: en el tercer trimestre de 2015 llega a valores olvidados desde ese mismo trimestre de 2011, superando el 26 por ciento de los asalariados. Este mes de diciembre muestra que menos de 7 de cada 100 contratos realizados han sido indefinidos. Este hecho constata que el crecimiento del empleo está ligado a la estacionalidad y, más grave, que el empleo que se está generando lo hace bajo unas condiciones más precarias.
A ello se ha unido, en la última parte de la crisis, la contratación a tiempo parcial, sobre todo de carácter involuntario. De los 2,7 millones de ocupados a tiempo parcial, 1,7 lo hace de manera involuntaria. La parcialidad se consolida como un elemento estructural más de nuestro mercado de trabajo que permite obtener mejores ritmos de creación de empleo: entre diciembre de 2014 y diciembre de 2015 la contratación temporal a tiempo parcial ha crecido un 14,56%. Una tendencia que se está afianzando, con picos de parcialidad cada vez más altos.
Junto a estos fenómenos, surge un trabajo indefinido precario, camuflado bajo el contrato de apoyo a emprendedores introducido en la reforma laboral -entre otras modalidades-, que va desplazando a la tradicional contratación temporal, y que muestra unos rasgos muy similares: inestabilidad, bajos salarios y flexibilidad a favor de la empresa.
Desprotección de las personas
En definitiva, la recuperación en 2015 ha ido acompañada de peores condiciones laborales. Aunque la evolución del paro señala un continuado descenso, no hay que olvidar que la mejora esconde una elevada precariedad y rotación derivada de la naturaleza de los empleos que se están creando, básicamente temporal y a tiempo parcial.
Conviene destacar la extensión del paro de larga duración. En 2008, un 21,5 por ciento de las personas en paro llevaba más de un año buscando empleo, un porcentaje que se sigue elevando hasta el 60,7 por ciento en el tercer trimestre de 2015, siendo cada vez mayor la incidencia de las personas que llevan buscando empleo más de dos años (más del 44,5 por ciento de los desempleados).
Junto a ello, se sucede el fenómeno de la precariedad en el propio desempleo. Las cifras muestran que la cobertura cada vez es menor. En 2008, el 73,6 por ciento de los desempleados registrados tenía una prestación por desempleo. En 2015 la cobertura ha descendido al 55 por ciento, mostrando casi 20 puntos de diferencia respecto al inicio de la crisis.
El endurecimiento de las condiciones de acceso ha provocado que el número de beneficiarios de prestaciones vaya descendiendo.
El giro necesario de las políticas económicas y de empleo
Los datos de 2015 muestran una recuperación económica desequilibrada, excluyente y construida sobre pies de barro; es decir, con actividades de escaso valor añadido y tecnológico, un empleo precario, menos cualificado y peor remunerado.
En el nuevo contexto económico y político será necesario reorientar las políticas económicas -europeas y nacionales- con medidas expansivas que impulsen la demanda agregada, y se centren en la redistribución de la renta.
Es imprescindible que la política económica apueste por los factores que permiten a una economía crecer a medio y largo plazo, en innovación, formación y conocimiento, logrando aumentos de productividad y competitividad, y que generen empleos de calidad, a la vez que reducen las desigualdades y la pobreza.
En este sentido, son áreas prioritarias las inversiones que activen el crecimiento económico, junto al reforzamiento del sistema de protección social y de la prestación de servicios públicos de calidad.
En términos de empleo, la protección social debe garantizarse, mejorando la cobertura y reforzando las prestaciones por desempleo. Acompañando a esta medida, es imprescindible potenciar las políticas activas de empleo desde el ámbito público, dado que han sufrido las tijeras de la austeridad de manera especialmente acusada. Asimismo, es preciso reponer los derechos de los trabajadores y derogar en su totalidad la reforma laboral, que sólo ha conseguido degradar las condiciones laborales.
Por último, reivindicamos el importante papel que juegan los salarios. En este sentido, el III Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva, firmado por los interlocutores sociales en junio de 2015, para el periodo 2015 a 2017, tiene como fin ir recuperando la capacidad adquisitiva perdida por los salarios durante la etapa de recesión ya que, en esta nueva fase de expansión, deben ganar poder de compra para acompañar a la recuperación de la demanda interna.
Por su parte, la subida del 1% para 2016 del Salario Mínimo Interprofesional, decidida unilateralmente por el gobierno en funciones, resulta inaceptable e incoherente con el contexto de recuperación económica.