Los bajos salarios en España son una "anomalía" que se resuelve derogando las reformas laborales
Fecha: 05 Abr 2018
La Comisión Europea ha realizado un estudio sobre la relación entre salarios y aumento de la productividad en diferentes regiones y sectores de la Unión Europea – cuyo contenido se recoge en los medios de comunicación- según el cual los salarios españoles están estancados, y no crecen ni siquiera cuando se registran incrementos de la productividad. Para la Unión General de Trabajadores, este trabajo de la Comisión no hace sino destacar lo que el Sindicato viene argumentando, con datos bien fundados, desde hace tiempo: que los salarios no crecen como deberían en esta nueva etapa de crecimiento económico y aumento muy cuantioso de los beneficios de las empresas.
La Reforma Laboral del 2012 convierte en norma la precariedad
Esta situación tiene una causa evidente: la reforma laboral de 2012, que ha dinamitado la negociación colectiva, dando toda la fuerza a las empresas, y ha creado los mecanismos para hacer de la precariedad la norma laboral. Y la precariedad implica salarios más bajos: tiempo parcial involuntario, temporales abusivos, contratos indefinidos que en realidad no lo son (como el contrato de emprendedores), becas que encubren empleos, etc.
La Comisión señala también al elevado desempleo como posible causa de esta falta de respuesta de los salarios al crecimiento. Y aunque influye, no es la causa principal, como demuestra el hecho de que en otras etapas también había un paro muy elevado y salíamos de una recesión (como en 1994, tras la crisis de 1992-93), y sin embargo los salarios sí crecieron cuando lo hizo el PIB y el empleo.
Roto el sistema de negociación colectiva, roto el mecanismo de distribución de rentas
Ahora los salarios no crecen porque se ha roto la correa de transmisión de ese mecanismo, que es la negociación colectiva. Han desmontado el principal instrumento de distribución de la renta en las empresas.
Lo inaudito es que la Comisión, que señala la reforma como una de las causantes de la devaluación salarial, y que se muestra preocupada por el aumento de la pobreza laboral, diga acto seguido que ha sido positiva. No lo ha sido. Ha sido un ajuste ciego e inadecuado, con consecuencias muy dañinas, que ahora se siguen viendo.
UGT comparte que los salarios deben crecer como la productividad en cada ámbito de negociación, y esto es lo que estamos defendiendo y explicando a las organizaciones empresariales en la mesa de negociación para renovar el Acuerdo Interconfederal de Negociación Colectiva. Pero la patronal española, al parecer, no quiere entender, prefieren seguir con el ajuste, y fijar los aumentos salariales de cada año a tanto alzado, de manera irracional, sin tener en cuenta la evolución de la productividad, y haciendo abstracción de que llevamos cuatro años creciendo de los que no se han beneficiado los trabajadores, sino solo las empresas.
UGT entiende que si la patronal mantiene esa posición irracional es por una única razón: porque se siente fuerte en la negociación colectiva gracias a la reforma laboral. Sigue presionando a la baja los salarios porque el Gobierno le hizo el trabajo sucio al darle un poder de decisión unilateral excesivo, también en la rebaja unilateral de salarios.