La pobreza energética afecta más a las mujeres que a los hombres
Fecha: 05 Ago 2019
Los indicadores revelan que:
• Desde el inicio de la crisis los indicadores que registran los retrasos en el pago de los gastos relacionados con la vivienda y los que dicen que no pueden permitirse mantener la vivienda con una temperatura adecuada.
• La pobreza energética afecta en mayor medida a mujeres, a estudiantes, a menores y a personas mayores.
• En 2018, han tenido mayores retrasos en el pago de gastos relacionados con la vivienda principal, las mujeres (8,9%) que los hombres (8,7%). El porcentaje total de dicho indicador se ha incrementado desde 2008 a 2018 en 1,7%.
• No pueden permitirse mantener la vivienda a una temperatura adecuada, en 2018:
- En mayor medida las mujeres (9,3%) que los hombres (8,9%).
- El porcentaje total se ha incrementado respecto al año anterior un 1,1%, y respecto a 2008, un 3,2%.
- El porcentaje de personas menores de 16 años, se ha incrementado desde 2008 un 3,2% y respecto al año anterior un 1,1%.
- Se ha incrementado el porcentaje en las personas mayores (65 o más años), con respecto al año anterior en un 2,3%.
- Respecto a 2017, se ha incrementado el porcentaje de estudiantes (menos de 18 años) en un 0,6%.
Una Estrategia Nacional contra la Pobreza
En este sentido, UGT exigirá al nuevo Gobierno que desarrolle una Estrategia Nacional contra la Pobreza Energética 2019-2024, regulando adecuadamente el bono social energético, en una figura que aglutine el bono térmico y el eléctrico, que cubra las olas de frío y de calor, y que alcance a otras energías, además de la eléctrica.
Una Estrategia que debe contar con una cantidad presupuestaria suficiente y apropiada para garantizar el acceso a la energía de las personas y familias más vulnerables y en riesgo de exclusión social y que sea capaz de proteger a todos los consumidores frente al coste elevado y la subida continua de los precios de la energía.
Para que la energía sea asequible hay que modificar tanto las políticas de mercado y de precios, como la política fiscal, para aplicar un IVA reducido a este bien esencial. El objetivo es que en las facturas se refleje el coste real de producción.