La mejora salarial, una medida realista, justa y adecuada para el momento actual

Fecha: 30 Dic 2014

UGT considera que renovar el Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva pasa por una política salarial que garantice al menos el poder adquisitivo de los trabajadores (el IPC medio) y permita que los sectores y las empresas negocien incrementos salariales adicionales, en función de la productividad, para aumentar la capacidad de compra. Esto exige que se incluyan en los convenios cláusulas de revisión salarial.  El sindicato, que recuerda que los salarios en España han perdido 7,1 puntos de poder adquisitivo de 2010, considera que la política de mejora salarial además es realista, justa y la más adecuada en estos momentos, pues permitirá la recuperación de la actividad y del empleo.

La política salarial en la negociación colectiva futura tiene que recoger la recuperación del poder adquisitivo de los salarios. La obsesión de las patronales por mantener los incrementos salariales topados y sin establecer un suelo como condición para renovar el Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva está fuera de toda lógica, no contempla la realidad y además es contraproducente para la recuperación.

Por eso, una política salarial que garantice en el sector un mínimo del IPC medio de 2015, es decir, mantenimiento al menos del poder adquisitivo, permitiendo que los sectores y las empresas, en función de la productividad real, negocien incrementos salariales adicionales, que permitan aumentar la capacidad de compra, es una política más realista, más justa y mucho más adecuada al momento. Recuperando la inclusión en los convenios de cláusulas de revisión salarial, que es la única justificación de una negociación basada en un previsión de evolución de precios.

Cuando todo el mundo está de acuerdo en que el país comienza a crecer, es preciso tener en cuenta esa situación y colaborar a favorecer su permanencia. No es posible plantear la misma posición para la negociación en 2012 que para la negociación en 2015. Sin salarios no hay consumo y sin consumo no se produce el crecimiento económico. En España, los salarios han perdido 7,1 puntos de poder adquisitivo desde 2010.

El II AENC recomendaba topes salariales muy reducidos, pero incluso ese acuerdo, firmado en enero de 2012, en plena recesión, con las perspectivas económicas de entonces, ya contemplaba topes para 2014 en función del crecimiento económico. Sería fatal para nuestra economía no tener en cuenta ni la evolución económica ni la pérdida acumulada de poder adquisitivo de los salarios durante la crisis, a la hora de enfrentar la negociación salarial futura.

De hecho, no tiene sentido recomendar desde el ámbito interconfederal limitar los incrementos salariales futuros hasta el 0,6%, y sin mínimo, cuando es algo que ya no se hacía en el II AENC para 2014, salvo que el crecimiento económico de 2013 fuese inferior a 1%. Pero tiene menos lógica recomendarlo cuando se puede observar claramente cómo la percepción de la situación de los negociadores es otra.

Efectivamente, las estadísticas de convenios colectivos, que ahora se publican en función del año de la firma, ya arrojan durante 2014 que la negociación salarial, que para este año sí tiene una recomendación de tope, está despegando respecto de años anteriores: los convenios firmados en 2014 tienen una subida salarial para 2014 de 0,64%, frente al 0,54% de subida para este ejercicio que se contiene en convenios firmados en años anteriores con vigencia para 2014.

Además, se observa que los convenios de sector suben por encima de la subida de convenios de empresa, pero esto se debe a la política salarial del gobierno, y no a la realidad de la negociación colectiva: los convenios de empresas privadas sitúan la subida salarial media en 0,52%, y son los convenios de las empresas públicas, con un 0,09% de incremento, y de las Administraciones públicas, con un 0,00%, los que tiran a la baja de la subida de los convenios de empresa.

Es cierto que la estadística recoge solo 15 convenios, que afectan a 19.589 trabajadores, con subida salarial por encima del 3%, pero también es cierto que esa misma estadística recoge solo 14 convenios con reducción salarial y que estos afectan a 7.396 trabajadores. Ya 2014 se aleja de la situación de 2013: el 35% de los trabajadores con convenio en 2013 tuvieron congelación de salarios en convenio; en 2014 ese porcentaje baja al 19%.

Obviar todos estos datos, que ya ofrecen una perspectiva diferente, sería un error de calado. Tratar de mantener una política salarial que no permite el despegue del consumo resultaría irresponsable en términos económicos en una situación en que la incertidumbre del despegue hace necesario el establecimiento de estímulos para su afianzamiento. Pero es que además, también contradice lo que ya se está negociando para el futuro.

Tomando los convenios de sector con aplicación para 3.000 trabajadores y más registrados en 2014 con vigencia en años siguientes y con subida salarial negociada en términos numéricos, se puede observar que 59 convenios, que afectan a 1.279.022 trabajadores, negociaron una subida salarial media para 2014 de 0,56% y tienen negociada la subida salarial para 2015 en 0,72%. Entre estos convenios, 21 tienen congelación salarial en 2014 y esta congelación baja a 9 convenios en 2015. Y eso teniendo en cuenta que se han tomado los convenios registrados desde enero de 2014, en que las perspectivas no eran las que hay ahora.

Se pueden extraer ejemplos que reflejan esta evolución en la política salarial por parte de los negociadores: el Convenio de Metal de Alicante, para 33.760 trabajadores, recoge un 0% de variación salarial para 2014 y un 1,5% para 2015; el Convenio del Campo de Granada, para 40.000 trabajadores, incluye una subida salarial de 0,50% para 2014 y de 1% para 2015; y se pueden poner muchos ejemplos que demuestran que los negociadores consideran que la evolución de los salarios puede ser mejor en los años venideros. Por supuesto, esto no significa que se estén negociando con carácter general subidas por encima del 3%; la situación es delicada, pero es el momento de recuperar el poder adquisitivo de los salarios en la parte que se puede, y quienes negocian los convenios son conscientes de esta necesidad y de la posibilidad concreta de cada ámbito para hacerlo.

Más difícil es extraer estos datos en el caso de negociación en empresas, ya que estas tienen más parte variable del salario sujeta a indicadores de la propia empresa, que desde un estudio alejado no es posible conocer y habrá que esperar a que las Comisiones Paritarias definan en concreto las nuevas tablas, pero tomando empresas de más de 50 trabajadores con convenio registrado en 2014 y vigencia en años posteriores, cuya subida salarial sea posible de conocer numéricamente para 2015, obtenemos una muestra de 43 convenios, con aplicación para 162.785 trabajadores, que negociaron para 2014 una media de 0,35% de incremento y tienen negociada para 2015 una media de 0,51%. Y en este caso, se incluyen 25 convenios con congelación salarial en 2014, y uno con reducción de salarios, y 19 convenios con congelación salarial para 2015, puesto que se incluyen empresas y Administraciones públicas.

También en este caso se observa cómo las empresas van dibujando la política salarial hacia mayores incrementos futuros: Iveco España, con 2.942 trabajadores, negocia un 0,7% para 2014 y un 0,9% para 2015 (y un 1% para 2016); Robert Bosch Cantabria, con 781 trabajadores, negocia una subida 0% para 2014 y un 3% de incremento para 2015; los Supermercados Dinosol, con 1.300 trabajadores, negocian 0% para 2013, 0,5% para 2014 y 0,7% para 2015; y en definitiva, la generalidad de las empresas privadas establecen una gradación de subidas que recupera salarios en los ejercicios posteriores.

No solo es el reflejo de lo que está ocurriendo en la negociación, también sería una injusticia que, tras las enormes caídas de salarios reales de los últimos años, no se tuviera en cuenta este inmenso sacrificio en el momento en que se pretende que la recuperación se refleja en las nóminas. Para UGT, es el momento de hacer realidad esa afirmación, posibilitando que los negociadores establezcan los criterios sujetos a la evolución del sector y empresa a que se refieren, teniendo en cuenta la productividad nominal.


Fuente: UGT