La Comisión Europea debe ser coherente y apostar por un crecimiento que llegue a las personas y reparta riqueza
Fecha: 22 Feb 2017
La Unión General de Trabajadores valora que la Comisión Europea reconozca, en sus conclusiones sobre España, el fracaso de las políticas de austeridad y recorte que ha impuesto y atribuya, como reiteradamente ha denunciado el sindicato, que éstas son las causantes de generar mayores niveles de precariedad, pobreza y desigualdad en nuestro país. Por ello, UGT demanda a la institución europea que sea coherente con sus propios análisis y apueste por el crecimiento inclusivo, el reparto de los beneficios de la recuperación y la lucha contra la desigualdad y la precariedad, en vez de aconsejar más desregulación, nuevas devaluaciones salariales y más precariedad laboral.
El Informe país España 2017 publicado por la Comisión Europea alerta de los niveles de pobreza y desigualdad en España, y señala que se encuentran entre los más altos de la Unión Europea.
A pesar del crecimiento económico en España, la Comisión es tajante y señala que la expansión económica no se traduce en términos sociales. La economía crece y crea empleo, pero los niveles de pobreza y exclusión social están por encima de la media europea y son alarmantes entre los niños y las personas en edad de trabajar. De hecho, en España, el 28,6% de los ciudadanos está en riesgo de pobreza o exclusión social, un porcentaje que alcanza al 34,4% de los niños y al 13,1% de los trabajadores.
Ante esta situación, la CE alerta del riesgo de que la pobreza se enquiste, incluso entre los trabajadores que tienen un puesto de trabajo y relaciona el fenómeno de los trabajadores pobres con contratos temporales, contratos a tiempo parcial, bajos salarios por hora y la baja intensidad en el empleo de las familias españolas.
La Comisión Europea tiene una explicación para esto: por un lado, unos beneficios sociales escasos -menores a los de nuestros socios europeos-, unas ayudas muy bajas a las familias en comparación con las de otros estados miembro y la falta de coordinación entre los servicios sociales y los servicios de empleo.
Además advierte de la elevada temporalidad en el empleo, que alcanza el 27%, solo por debajo de Grecia y alerta de las consecuencias negativas de esta sobre la pobreza, la productividad, el sostenimiento de las cuentas públicas y la seguridad social.
UGT viene denunciando hace tiempo que mientras la macroeconomía presenta una evolución favorable, estamos asistiendo a una regresión muy desfavorable de los ciudadanos y trabajadores de nuestro país.
En este sentido se manifestó también el Parlamento Europeo, el pasado 14 de febrero, en el debate sobre el Semestre Europeo, al demandar a la Comisión Europea que centre sus esfuerzos en combatir las desigualdades crecientes, en luchar contra la pobreza infantil y en la sostenibilidad y la calidad del empleo en Europa.
Pero no hay que olvidar que este escenario económico y social tiene un responsable: las políticas erróneas del Gobierno junto con las exigencias derivadas de los compromisos del déficit, cuestiones que han recortado el Estado de Bienestar y los derechos de los ciudadanos y trabajadores, ha provocado un aumento de la desigualdad y han debilitado la estructura productiva de nuestro país, dando lugar a un modelo económico y productivo incompatible con el progreso social y la igualdad, e incluso con la propia estabilidad macroeconómica.
Tal y como señala la Comisión Europea, hoy nuestra economía es más débil y más vulnerable ante shocks externos y vaivenes del ciclo económico internacional. Y esto, en un contexto de alto desempleo, paro de larga duración y alto nivel de desempleo juvenil junto al elevado nivel de endeudamiento, aumenta aún más los riesgos para nuestra economía real ante las incertidumbres económicas y políticas internacionales.
Por ello UGT reitera su demanda a las instituciones europeas y nacionales para que pongan fin a las políticas de austeridad que han agravado sistemáticamente los efectos de la crisis y revisen la senda de estabilización presupuestaria, para hacerla compatible con las necesidades de los ciudadanos y trabajadores. El sindicato demanda además nuevos plazos para el cumplimiento del déficit compatibles con el crecimiento sostenible y equilibrado, la creación de empleo digno y la recuperación de derechos y servicios públicos. Porque ahora es el momento de apostar por una posición fiscal expansiva, con un crecimiento amable de las finanzas públicas y reorientar los presupuestos nacionales a inversiones sociales clave.
España es un buen ejemplo de cómo la austeridad solo genera mayores niveles de precariedad, pobreza y desigualdad, y el cumplimiento de déficit es contraproducente para su objetivo final puesto que debilita la estructura productiva e impide el crecimiento sostenible en términos económicos y sociales.
Las futuras recomendaciones específicas para nuestro país no pueden ni deben traducirse en nuevos recortes y más contrarreformas. En este sentido, UGT demanda a la Comisión que sea coherente con sus propios análisis y apueste por el crecimiento inclusivo, el reparto de los beneficios de la recuperación y la lucha contra la desigualdad y la precariedad, y no por más desregulación, nuevas devaluaciones salariales y más precariedad laboral.