La CNMC tiene que pensar más en la salud y economía de las familias de nuestro país
Fecha: 12 Nov 2020
UGT muestra su sorpresa y estupor ante la petición de la CNMC de quitar el precio máximo a las mascarillas quirúrgicas
-
El organismo vive totalmente ajeno a la realidad y se posiciona en contra de muchas familias, que no pueden afrontar el elevado gasto que supone cambiar de mascarillas cada cuatro horas.
- UGT ya consiguió que el Gobierno estableciese un precio máximo de 0,96 euros por mascarilla, pero el rebrote de la COVID y la posición de algunos países de nuestro entorno (Portugal las vende 11 veces más barato que en España), hace que esta medida quede obsoleta y sea necesario reducir este precio en mayor medida.
- Es imprescindible regular los precios máximos para otros elementos fundamentales de protección sanitaria de la población, como guantes, geles hidroalcohólicos, test, etc.
La Unión General de Trabajadores expresa su estupor y su sorpresa ante la petición de la presidenta de la Comisión Nacional de los Mercados de la Competencia (CNMC) de quitar el precio máximo que puso el Gobierno a las mascarillas quirúrgicas, en respuesta a la carta de UGT del 19 de octubre, en la que precisamente este Sindicato reclamaba la necesidad de bajar tanto el precio máximo como el IVA de este producto, del 21% al 4%.
Según la CNMC, no existe posibilidad real de que se produzca una práctica monopolística en el precio de las mascarillas, ya que “la gran variedad de establecimientos y canales por la que pueden venderse las mascarillas quirúrgicas dificulta la existencia de prácticas colusorias y monopolísticas”, y que “el establecimiento de un precio máximo puede tener dos clases de inconvenientes desde la óptica de la competencia y los consumidores. En primer lugar, un precio máximo puede desincentivar las inversiones empresariales en capacidad productiva y canales de distribución y las importaciones de mascarillas. En segundo lugar, el establecimiento de un precio máximo puede relajar la competencia entre vendedores, al servir de referencia común de las estrategias comerciales individuales, e, incluso, facilitar las prácticas colusorias”.
UGT no comparte en absoluto esta conclusión, totalmente liberal, a un problema que está aumentando los niveles de pobreza de la población de nuestro país y a la protección sanitaria de las personas. Tanto el Ministerio de Consumo como la propia CNMC tienen que intervenir para frenar la especulación de estas mascarillas y los productos de primera necesidad ya que, a pesar de que existe una mayor oferta de los mismos, los precios apenas se reducen sobre el máximo fijado por la ley, por mucho que la presidenta de este organismo señale. Este Sindicato ha observado que tan solo se ha producido una reducción de precio en las mascarillas ofertadas por algunas cadenas de supermercados desde hace pocas semanas, mientras que otros canales de distribución, como las farmacias, mantienen el producto en precios máximos.
Al inicio de la pandemia, el sindicato consiguió una respuesta a su demanda de reducir el precio de las mascarillas, y el Gobierno aprobó el RD Ley 10/2020, de 29 de abril, que establecía un precio máximo de las mascarillas en 0,96 euros, lo que suponía una disminución muy sustancial frente a lo que se estaba cobrando en las farmacias (en algunos casos, pedían hasta 12 euros por una mascarilla quirúrgica).
Sin embargo, ante el rebrote de la Covid-19 y dado lo que está ocurriendo en otros países de nuestro entorno (por ejemplo, en Portugal, se venden 11 veces más baratas que en España) esta medida se queda obsoleta y corta.
Las mascarillas no pueden ser un bien de lujo
UGT recuerda que las personas están viviendo una crisis sanitaria sin precedentes en nuestro país, muy prolongada en el tiempo, y muchas familias no pueden afrontar el elevado gasto que supone cambiar de mascarillas cada cuatro horas, como se recomienda desde las autoridades sanitarias.
Así, para una familia de cuatro integrantes, el coste total de dos mascarillas al día se eleva a 230 euros mensuales (más de 7,50 euros al día por familia). Si una familia vive con el SMI de 950 euros, tiene que dedicar el 24,21% de sus ingresos a costear dichas mascarillas.
El sindicato también demanda regular los precios máximos para otros elementos fundamentales para asegurar la protección sanitaria de la población, como guantes, geles hidroalcohólicos, test, etc. No puede ser que el acceso a estos productos dependa de la capacidad adquisitiva de los ciudadanos y que su salud esté supeditada a este factor.
Valoración de Mª Carmen Barrera, Secretaria de
Políticas Sociales, Empleo y Seguridad Social de UGT