• La mitad de la ciudadanía española no tiene ni un nivel básico de competencias digitales, la misma proporción que en 2016. Se está produciendo una exclusión digital y una discriminación de género.
• El porcentaje de empleo tecnológico que demuestra nuestro país nos coloca a la cola de Europa (puesto 18 de 28), llegando a retroceder en el último año (del 3% de 2016 al 2,9% de 2017).
• UGT reclama un Plan Nacional de Inclusión Tecnológica. Hay que poner en el centro de la digitalización a todas las personas, sin dejar a nadie atrás.
La Unión General de Trabajadores considera que el desarrollo tecnológico y digital de nuestro país sigue lastrado en su aspecto social: mientras la evolución en términos puramente tecnológicos, como conectividad e infraestructuras digitales, es más que aceptable (líderes en banda ancha ultrarrápida, octavo puesto en preparación para el 5G) o la implantación de los servicios públicos digitales está entre lo mejor del continente (segundo puesto en sistemas de datos abiertos), todas las métricas relacionadas con las personas y la ciudadanía son francamente negativas.
Para UGT, las personas no están en el centro de este desarrollo digital. El indicador digital europeo del año 2019 (el denominado Índice de la Economía y la Sociedad Digitales, DESI) vuelve a poner de manifiesto el retraso de España en términos de digitalización social. Así, la dimensión relacionada con el Capital Humano es claramente la más retrasada de toda la transformación digital, muy por debajo de la media y demostrando una parálisis inaudita. En los últimos tres años no se detecta ninguna mejora al respecto:
Las cifras que presenta el DESI son extremadamente desoladoras: la mitad de los españoles no posee competencias digitales básicas y solo 1 de cada 3 ciudadanos acredita capacidades digitales por encima del nivel básico. En este sentido, UGT denuncia que nuestra alfabetización digital es insuficiente para las necesidades sociales y laborales que requiere el siglo XXI.
Esta situación, que abarca al total de la ciudadanía, tiene su reflejo tanto en el mercado de trabajo como en los estudios académicos. Nuestra producción de titulados superiores en carreras relacionadas con las TIC es cada vez más baja y nos sitúa a la cola de Europa: puesto 14 de 28. Pero cuando nuestros jóvenes se enfrentan al mercado laboral, no encuentran puestos de trabajo acordes con sus conocimientos tecnológicos: menos de un 3% del empleo nacional se dedica a especialidades relacionadas con el universo digital. Cifra que además se comprime año tras año, lo que nos lleva a situarnos un punto porcentual por debajo de la media europea.
Discriminación de género y exclusión digital
El sindicato manifiesta que también se consolida la discriminación de género en el empleo TIC: solo un 1% del empleo femenino español se reserva a mujeres especializadas en digitalización. Una muestra más del retraso tecnológico, social y de género que sufre nuestra economía.
Por último, UGT destaca que la exclusión digital sigue enraizada en nuestras vidas: todavía un 13% de la población española, lo que significa que 4,4 millones de ciudadanos y ciudadanas españoles, nunca ha utilizado Internet. Este elevadísimo porcentaje nos coloca en el furgón de cola europeo en inclusión digital:
Para UGT, está situación solo se explica ante la parálisis legislativa y política que vive nuestra economía. En los últimos tres años no se ha aprobado ni una solo medida que busque paliar esta lacra social. Vivimos en un letargo político que está consolidando la desigualdad digital, estableciendo nuevos desequilibrios sociales insoportables para una auténtica Sociedad del Bienestar.
En este sentido, el sindicato exige a todos los partidos políticos, y a todas las instituciones públicas y privadas, la puesta en marcha de un Plan Nacional de Inclusión Tecnológica. Necesitamos liderazgo y sensibilización ante este auténtico reto que representa la digitalización. Estamos obligados a poner en el centro de la digitalización a las personas, sin dejar a nadie atrás.
Por ello, UGT reclama de manera urgente tomar medidas de calado para tornar la transformación digital en un motor de igualdad y de mejora del empleo y de nuestra calidad de vida. Lo contrario es abocar a nuestro país, a nuestra economía, a nuestra sociedad y a nuestros empleos a la precarización, la polarización, la pobreza, la desigualdad y al retraso más absoluto.
Audio de Gonzalo Pino, Secretario de Política Sindical de UGT