El Plan Juncker es insuficiente y beneficiará poco a España
Fecha: 27 Feb 2015
UGT y CCOO consideran que el Plan Juncker, tal como está diseñado, no responde con la contundencia necesaria a la situación de estancamiento o crisis en la que se encuentran sus países miembros. Tampoco servirá para suplir la falta de política industrial del Gobierno español, ni para reindustrializar Europa. No reducirá de manera apreciable la elevada tasa de paro, ni aumentará la calidad del empleo que se cree.
Los Secretarios de Acción Sindical de CCOO y UGT han mantenido una reunión con Jyrki Katainen, el vicepresidente de la Comisión Europea encargado de poner en marcha el Plan Juncker. En dicha reunión, celebrada a petición del vicepresidente, los sindicatos han solicitado participar –a todos los niveles- en su desarrollo y evaluación, y criticaron su insuficiencia para hacer frente a la muy mala situación en la que se encuentra la Unión Europea, con 24 millones de desempleados, unos precios en la zona de deflación y una economía estancada.
El plan, con una inversión estimada de 310.000 millones durante tres años (un 0,07% del PIB anual), se queda muy lejos de los 411.000 millones en los que se ha hundido la inversión en la UE desde que empezó la crisis y de lo planteado por la Confederación Europea de Sindicatos, que propone aumentar la inversión un 2% del PIB durante los próximos 10 años, lo que sí tendría un efecto importante sobre la creación de empleo y la reducción del paro. El plan, además, no se articula a través inversiones directas sino que pretende, a partir de un desembolso inicial de tan sólo 21.000 millones de euros -que el BEI transformará en créditos públicos por un monto de 60.000 millones- inducir una inversión privada de 250.000 millones. Es decir, el plan espera movilizar 15 euros del sector privado por cada euro público, lo cual parece una pretensión cuando menos aventurada.
Asimismo, UGT y CCOO trasladaron la dificultad –si no imposibilidad- que tienen las economías del sur de Europa, y entre ellas España, para beneficiarse del plan, pues el desarrollo de infraestructuras de envergadura (como las interconexiones eléctricas, el corredor ferroviario del Mediterráneo o el desarrollo de la banda ancha) no es posible sin inversión pública y ésta está topada por los compromisos de recorte del déficit. Sobre este punto el vicepresidente dijo que el plan está pensado, fundamentalmente, para proyectos de alto riesgo de pequeñas y medianas empresas, que serán ofrecidos desde una plataforma a inversores internacionales con la promesa de asumir las primeras pérdidas. En consecuencia, el plan terminará convirtiendo, muy probablemente, en una línea de crédito más del Instituto de Crédito Oficial, con escaso efecto sobre los problemas de financiación de la pymes y la creación de empleo.