El IPC ratifica los errores de una política que fomenta la precariedad, la desigualdad y la pobreza
Fecha: 14 Oct 2015
El IPC ha profundizado su senda descendente y vuelve a ratificar los errores de una política económica injusta y que fomenta la desigualdad y la pobreza. Las políticas de austeridad han empeorado las condiciones de vida de la población y la demanda interna no se recupera por la devaluación de las rentas de las familias.
UGT considera que para que la recuperación sea palpable para los ciudadanos hay que recuperar las rentas salariales en nuestro país, lo que implica no solo más empleo sino también luchar contra la excesiva precarización de nuestro mercado de trabajo (hay un 36% de precariedad, un 25% de los contratos son temporales, una cuarta parte de los cuales duran 7 días o menos, un 11% son contratos a tiempo parcial de carácter involuntario y más del 60% de los parados son de larga duración). Además, los Presupuestos Generales del Estado tampoco corrigen esta situación.
Por eso, UGT demanda la modificación de la política de rentas, incrementando el poder adquisitivo de los funcionarios y pensionistas, aumentando el Salario Mínimo Interprofesional (el SMI, que ha perdido ya 5,4 puntos de poder de compra en los últimos cinco años), actualizando convenientemente el IPREM y garantizando el poder adquisitivo a los trabajadores en el sector privado, en línea con lo acordado en el III Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva 2015-2017 firmado por los interlocutores sociales.
Asimismo, considera que hay que potenciar las políticas activas de empleo y establecer recursos adicionales para mejorar la empleabilidad y lograr la inserción permanente de los desempleados.
Según los datos publicados hoy por el Instituto Nacional de Estadística (INE), el IPC ha profundizado su senda descendente, al caer tres décimas respecto del mes anterior y situar la variación en los últimos doce meses en el -0,9%, cinco décimas menor que la registrada en agosto. Es la tasa más baja desde el mes de febrero, cuando se situaba en el -1,1%.
La inflación subyacente, que mide la variación general de precios descontando los alimentos no elaborados y los productos energéticos, aumenta una décima y se sitúa en el 0,8%, aumentando su distancia con la tasa general, que ya es de 1,7 puntos porcentuales. Esto es consecuencia de la fuerte incidencia sobre la tasa general de la evolución de los precios de los productos energéticos derivados del petróleo, que en la tasa subyacente no se tienen en cuenta.
Por su parte, en el mes de agosto la tasa de variación anual del IPC Armonizado (IPCA) cae de nuevo y se sitúa en el –1,1%, seis décimas por debajo de la registrada el mes anterior. De este modo, el IPCA de España se sitúa ocho décimas por debajo de la tasa media de la eurozona, que es de -0,1%. España lleva 25 meses consecutivos registrando tasas de variación del IPC inferiores a las de la eurozona.
Valoración
La tendencia de los precios en nuestro país es un claro reflejo de la frágil recuperación económica. Frágil porque dada la persistente devaluación de las rentas de las familias, no consigue recuperar la fortaleza de la demanda interna. Y porque además está sustentándose en unos niveles de desigualdad inaceptables.
Las políticas de austeridad aplicadas en nuestro país han empeorado las condiciones de vida de la población y han propiciado el alejamiento de España en términos de renta por habitante del conjunto de la Unión Europea. El enquistamiento del paro de larga duración, la caída de la calidad del empleo y la devaluación salarial han provocado una fuerte pérdida de renta de las familias españolas, aumentando notablemente la población en riesgo de pobreza o exclusión social, que alcanza ya casi al 30% de la población.
Para revitalizar la demanda hay que recuperar las rentas salariales en nuestro país. Y esto pasa por mejorar las cifras de empleo pero también por luchar contra la precarización de la contratación. Un claro ejemplo de esta precarización es el hecho de que la cuarta parte de los contratos son iguales o inferiores a 7 días, tal y como pone de manifiesto el informe "Los contratos de corta duración en el mercado de trabajo español" elaborado por UGT.
Por otro lado, las rentas de trabajadores y familias que dependen de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2016 van a sufrir una rebaja de poder adquisitivo, claro reflejo de la irresponsabilidad del Gobierno con la recuperación real de las familias y los trabajadores. El colectivo de empleados públicos, los pensionistas y las prestaciones sociales a las familias son la principales afectadas, de manera que los PGE 2016 lejos de corregir esta situación, vuelven a poner de relieve la nula correspondencia que hay entre las actuaciones del Gobierno y las necesidades reales de nuestra economía y nuestra sociedad.
Con un marcado carácter electoralista (señalado también por Bruselas), el Ejecutivo ha planteado un escenario irreal en sus previsiones para cumplir sobre el papel con los objetivos macroeconómicos europeos, y cuyo contenido sustenta unas políticas continuistas, que suponen una apuesta por un modelo de crecimiento caduco y frágil y un nuevo recorte de nuestro estado de bienestar.
Por eso, UGT demanda la modificación de la política de rentas, incrementando el poder adquisitivo de los funcionarios y pensionistas, aumentando el Salario Mínimo Interprofesional (el SMI, que ha perdido ya 5,4 puntos de poder de compra en los últimos cinco años), actualizando convenientemente el IPREM, así como garantizando ganancias de poder adquisitivo a los trabajadores en el sector privado, en el marco del III Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva 2015-2017 firmado por los interlocutores sociales el 8 de junio de 2015.
Para UGT es necesario potenciar las políticas activas de empleo y poner en marcha medidas de creación de empleo con recursos adicionales para mejorar la empleabilidad y lograr la inserción permanente de los desempleados, especialmente de los colectivos con mayores dificultades de acceso al empleo, fortaleciendo la protección de las prestaciones por desempleo.
Esto es lo que debe centrar la actuación del Gobierno y por tanto los PGE 2016, que debe estar focalizados en las personas y en el empleo, para lograr una salida más equilibrada y más justa de la crisis, y con reformas de calado para hacer la economía española más competitiva y más sostenible a largo plazo, con mayor productividad, con empleo de calidad y con un estado de bienestar reforzado.
En definitiva, para UGT es urgente apostar por el crecimiento y para ello hay que favorecer el consumo, lo que requiere empleo y rentas para los hogares y las personas. Porque además de la ser la clave para el crecimiento, es de justicia social una política salarial y de rentas que frene la pobreza y la desigualdad. Porque no se puede hablar de recuperación en un país donde hay un 36% de precariedad, un 25% de contratación temporal y un 11% de contratación a tiempo parcial involuntaria, y donde más del 60% de los parados son de larga duración. Estas cifras no parecen coincidir con los que uno espera en un escenario de recuperación económica. Nada más lejos de la realidad.
Datos Básicos
Valoración de Toni Ferrer, Secretario de Acción Sindical de UGT