El Gobierno basa la recuperación en empleo estacional y precario
Fecha: 22 Oct 2015
Las cifras de la EPA constatan que en el mercado de trabajo español sigue enquistada la temporalidad –que supera el 26%-, la parcialidad involuntaria –que alcanza el 65,4%- y otras formas de subempleo, pero además manifiestan un avance de la precariedad en el desempleo, una extensión del paro de muy larga duración y un volumen muy elevado del número de hogares con todos sus miembros en paro (más de un millón y medio de personas).
Aunque el balance en términos cuantitativos es positivo, UGT advierte de que la recuperación es poco sólida y está basada en la precariedad.
El sindicato considera imprescindible una nueva orientación de la política económica que modifique los PGE para 2016, y que apueste por los factores que permiten a una economía crecer a medio y largo plazo, en innovación y conocimiento, logrando aumentos de productividad y competitividad, lejos de las incertidumbres del entorno.
Destaca además que las políticas de empleo deben enfocarse a la reducción del desempleo de larga duración, (a través de la protección a las personas y las políticas activas desde lo público), a la creación de empleo de calidad y con derechos, y a la mejora de los salarios de la población, en el marco del III AENC 2015-2017.
Todo ello es necesario para que España consiga encarar una recuperación sostenible, para todos, consiguiendo la disminución de los niveles de desigualdad y pobreza.
Según la Encuesta de Población Activa (EPA), el tercer trimestre de 2015 refleja 182.200 personas empleadas más que en el segundo trimestre del año (un 1,02%), hasta alcanzar 18.048.700.
En términos desestacionalizados esta variación trimestral se reduce al 0,61%.
Por su parte, el desempleo también disminuye, en 298.200 personas (un 5,79%), situándose el número total de desempleados en 4.850.800. En la serie desestacionalizada el descenso es menor: del 3,87%.
En cómputo interanual, las cifras muestran tanto el aumento del empleo (de 544.700 personas, un 3,11%), como la reducción del paro (576.900 personas menos en desempleo, un 10,63%).
Se observa, así, por un lado, un crecimiento de la ocupación que eleva la tasa de empleo al 59,36% (0,65 puntos más que en el segundo trimestre y 2,05 puntos superior al tercer trimestre de 2014) y reduce la tasa de paro al 21,18% (1,19 puntos menos que el trimestre anterior y 2,49 inferior al mostrado un año antes).
El comportamiento seguido por la población activa explica dos cuestiones: primero, la razón por la que el ritmo de descenso del paro es mayor que el de creación de empleo; segundo, un mayor descenso en términos relativos del volumen de desempleados frente a una lenta bajada de la tasa de paro.
Así, la población activa señala una caída trimestral del 0,5% (116.100 personas activas menos) y anual del 0,14% (-32.200 personas). La tasa de actividad baja 0,29 décimas en el trimestre y 0,03 en un año, hasta el 59,5%.
En términos intertrimestrales las cifras son positivas sólo para el sector servicios (donde crece un 1,55% la ocupación, con 210.200 empleados más) y la industria (aumenta un 0,52%, con 13.100 ocupados más). Por el contrario, su naturaleza estacional provoca un descenso del empleo en la agricultura (de 30.900 ocupados, un - 4,17%) y la construcción (-10.300 ocupados, un -0,94%).
En términos interanuales también sobresale el sector terciario en valores absolutos (con 349.400 personas empleadas más, un 2,61%), mientras en términos relativos son los sectores de agricultura y construcción los que se distancian con un crecimiento del empleo del 6,51% y del 5,88% respectivamente. La industria muestra una velocidad anual de generación del empleo del 3,78%.
Estas mejores cifras en el tercer trimestre se originan en el sector privado (152.100 empleos más, un 1,02%), y en el público (30.100, también del 1,02%). En el año crece la ocupación en ambos casos, aunque con mayor intensidad en el sector privado que en el público (3,32% frente a 2,08%).
Por sexo, desde hace un año, ha aumentado la ocupación y ha descendido el paro, entre los hombres y las mujeres. También se encuentran las mismas diferencias trimestrales, que se trasladan a un descenso de la tasa de paro masculina de 1,06 p.p. hasta el 19,9%, y de la tasa femenina, que se sitúa en un 22,69%, tras un descenso de 1,32 p.p. En un año han bajado ambas tasas más de dos puntos.
Por grupos de edad, aumenta el empleo en el trimestre en todos los rangos, excepto de 30 a 34 años. En el año, cabe reseñar el descenso de ocupación mostrado en los grupos de 25 a 35 años, entre los hombres y en especial entre las mujeres.
En estos grupos no sólo cae el empleo, sino que también lo hace el paro. Una situación que sólo se puede explicar por la caída de la actividad en este rango de edad, vinculada al descenso de población en estas cohortes de edad, pero también muy ligada a la salida a otros países en busca de oportunidades de empleo.
La reducción del paro se muestra en todos los grupos, a excepción del de 16 a 19 años, donde aumenta un 4,84% intertrimestral y un 1,22% interanual) y del que busca su primer empleo (en el trimestre sube un 0,93%).
El número de asalariados ha aumentado desde el segundo trimestre en 186.700 personas (un 1,26%), y aumenta en cómputo anual en 535.800 personas (un 3,72%).
En este sentido, las cifras son relevantes por dos motivos:
- Primero, debido a la temporada de verano, se produce un fuerte aumento del empleo temporal en el trimestre, con 205.500 ocupados más (un 5,55%), mientras el empleo indefinido desciende un 0,17% (-18.900 personas).
- Segundo, no se trata meramente de una cuestión estacional, en el año el empleo temporal ha subido un 10,07%, frente a un 1,64% que lo ha hecho el indefinido.
Como consecuencia, la tasa de temporalidad asciende hasta valores máximos, afectando al 26,15% de los asalariados (un punto y medio más que en el tercer trimestre de 2014).
Asimismo, y a pesar de la reducción puntual en este tercer trimestre del empleo a tiempo parcial (una de las características del trimestre de verano es la caída de la parcialidad por el mayor uso que hacen las empresas de los contratos temporales a jornada completa), la parcialidad ha aumentado en el año un 4,8% (125.900 ocupados a tiempo parcial más), mientras que el empleo a tiempo completo ha ascendido un porcentaje inferior: 2,81%.
El 15,23% de los trabajadores lo hacen a tiempo parcial.
La parcialidad involuntaria sigue su vertiginoso ascenso con un aumento anual del 3,5%. Más de 1,7 millones de ocupados a tiempo parcial trabajan en estas condiciones de forma involuntaria.
El porcentaje de parcialidad involuntaria salta otros dos puntos en el trimestre, al 65,4%, constatando que en un año la parcialidad involuntaria ha subido más de 5 puntos.
A ello se añaden los datos de desempleo de larga duración. En 2008 poco más del 20% de las personas en paro llevaba más de un año buscando empleo, un porcentaje que se sigue elevando hasta el 60,7% en el tercer trimestre de 2015, siendo cada vez mayor la incidencia de las personas que llevan buscando empleo más de dos años (44,5% de los desempleados, casi un punto más que en el mismo trimestre del años anterior).
En concreto, 2,95 millones de personas buscan trabajo desde hace más de un año y cerca de 2,2 desde hace más de dos.
Conclusiones
Para UGT, las cifras de la EPA publicadas hoy muestran que la recuperación del empleo viene de la mano de actividades que demandan un empleo temporal, de escasa calidad y bajas remuneraciones.
Queda probado que la creación de empleo y la temporalidad van de la mano en España: en los momentos en los que se genera empleo, este es estacional y precario.
Pero además del carácter estacional del empleo en estos trimestres centrales del año, se constata que en el mercado de trabajo español sigue enquistada la temporalidad, asciende la parcialidad involuntaria y otras formas de subempleo.
Por una parte, la tasa de temporalidad sube este trimestre hasta valores olvidados, superando el 26% de los asalariados. Se puede concluir que la reforma laboral y demás medidas del Gobierno, lejos de corregir la dualidad del mercado de trabajo, están extendiendo la precariedad y la desigualdad en el mercado laboral.
Por otra, la parcialidad involuntaria definitivamente se consolida como un elemento estructural más de nuestro mercado de trabajo, que permite obtener mejores ritmos de creación de empleo.
La tasa aumenta otra vez este trimestre hasta llegar al 65,4%. Las cifras permiten afirmar que, la mejoría mostrada se debe también a una extensión del efecto desánimo, que afecta sobre todo a jóvenes de 25 a 35 años, y en especial a mujeres.
Tras años de crisis, la ausencia de políticas de empleo destinadas a este colectivo y las débiles expectativas de encontrar un empleo de calidad están consolidando el proceso de emigración, dejando un menor volumen de activos disponibles en España.
Asimismo, se está produciendo un avance de la precariedad en el desempleo, con una extensión del paro de muy larga duración (el 44,5% de los desempleados), un volumen importante del número de hogares con todos su miembros en paro (1.572.900), una tasa de cobertura en descenso y unas políticas de empleo que no están siendo efectivas a la hora de mejorar la empleabilidad de las personas, en especial de los parados de larga duración y de los jóvenes.
Con todos los datos anteriores, se puede afirmar que la recuperación del mercado de trabajo español es poco sólida. Si bien el balance en términos cuantitativos puede ser positivo, es manifiesta la debilidad de la recuperación de las variables principales.
Con los datos de este tercer trimestre de la EPA, para UGT se confirma el carácter precario de la recuperación del empleo, que ya se venía vislumbrando con los datos del registro de desempleados del Servicio Público de Empleo y de afiliación a la Seguridad Social de los pasados meses.
UGT advierte de los peligros que entraña este modelo de crecimiento ya conocido. Parece que se van consolidando las bases de lo que puede ser una recuperación económica construida sobre los mismos pilares que en la etapa expansiva anterior; es decir, con actividades de escaso valor añadido y tecnológico, y un empleo temporal, menos cualificado y de peor calidad.
Por todo ello, la Unión General de Trabajadores considera imprescindible una nueva orientación de la política económica que modifique los Presupuestos Generales del Estado aprobados para 2016, y que apueste por los factores que permiten a una economía crecer a medio y largo plazo, en innovación y conocimiento, logrando aumentos de productividad y competitividad, lejos de las incertidumbres del entorno.
Por otra parte, UGT considera que las políticas de empleo deben enfocarse a la reducción del desempleo de larga duración, a través de la protección a las personas y las políticas activas desde lo público, a la creación de empleo de calidad y con derechos, y a la mejora de los salarios de la población, en el marco del III AENC 2015-2017 firmado.
Todo ello es necesario para que España consiga encarar una recuperación sostenible, para todos, consiguiendo la disminución de los niveles de desigualdad y pobreza.
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Audio valoración de Toni Ferrer, Secretario de Acción Sindical de UGT