Es necesario aumentar los salarios, el SMI y reforzar el escudo social para combatir la desigualdad

Los datos publicados hoy por el INE, correspondientes a la Encuesta Anual de Estructura Salarial de 2020, reflejan el impacto negativo que tuvo la pandemia en materia salarial, que no se ha recuperado en el período posterior, y que, unido al aumento de los precios, hace urgente la necesidad de mejorar los salarios existentes para combatir la pérdida de capacidad adquisitiva de la clase trabajadora y evitar, a su vez, un repunte de la desigualdad y la pobreza.


La información que recoge hoy el INE indica que en 2020 el salario medio (25.165 euros) aumentó en un 3,2% respecto al 2019, debido a los cambios en la composición en el empleo que provocó el impacto de la pandemia: los trabajadores y trabajadoras que se vieron mayoritariamente expulsados se ubicaban en sectores precarios y con salarios reducidos, lo cual provocó que el salario medio de los que mantuvieron el empleo se elevase, aunque no creciera realmente. No obstante, de no ser por el escudo social y, en especial, el instrumento de protección de los ERTE, el resultado habría sido sin duda más desfavorable. 

Por su parte, el salario anual más frecuente en España refleja un nivel un 36% inferior al medio, situándose en el año 2020 en 18.480 euros brutos. De este modo, el salario neto, es decir, descontando las cotizaciones a la Seguridad Social y las retenciones del IRPF, es de apenas 1.100 euros al mes insuficiente para poder llegar a fin de mes. 

El aumento del SMI a 950 euros en 2020 (+5,5%) siguió mejorando esta renta básica, ayudando a mejorar las condiciones de vida de los trabajadores y trabajadoras con ingresos más reducidos y reduciendo las desigualdades. No obstante, aunque aumentó mucho en los últimos años, el salario mínimo sigue situándose en un nivel que impide mantener un nivel de vida adecuado. Por eso, un indicador del bajo nivel salarial en España es que casi el 20% de las personas trabajadoras (el 19,6%) tenían en 2020 ingresos anuales por debajo del SMI (porque desempeñan trabajos a tiempo parcial), porcentaje que se eleva al 66,3% si incluimos a aquellas personas que cobraban en total entre 1 y 2 veces el SMI. La conclusión es que hay que seguir aumentando los salarios en general y el SMI en particular. 

Por último, cabe resaltar que la brecha salarial de género sigue siendo muy amplia, concretamente, de un 18,7% en 2020 (1.604 euros al mes de media para las mujeres, frente a 1.974 euros para los hombres). Esto supone un descenso de 0,8 puntos respecto al año anterior, una reducción mínima que demanda la necesidad de que se sigan desarrollando planes de igualdad en las empresas con la premisa de acabar con las diferencias entre hombres y mujeres de manera efectiva. 
 

 


Fuente: UGT