Es crucial que el nuevo AENC mantenga la senda del aumento salarial
UGT reclama cláusulas de revisión salarial automática vinculadas a la inflación y tener en cuenta indicadores como el precio de la vivienda y los márgenes empresariales
Fecha: 14 Nov 2025
Los datos definitivos del IPC de octubre, publicados hoy por el INE, sitúan la inflación anual en el 3,1%, una décima superior a la del mes pasado y el dato más alto desde junio de 2024, confirmando la información provisional que ofreció el índice adelantado. Este dato se explica en buena medida por el comportamiento de la vivienda, muy influido concretamente por la electricidad, que empuja la tasa al incrementar sus precios este mes más que lo hicieron en octubre de 2024 (2,1% frente a 0,4%) y por el menor descenso mensual del precio de los servicios de alojamiento (-4,4% frente al -5% del año pasado). En sentido contrario, el precio de los paquetes turísticos ha disminuido más en este mes de lo que lo hizo en el mismo mes de 2024 (-5,5% frente al -3,5%).
En lo que se refiere a la tasa anual subyacente, que recoge la inflación de componente más estructural, excluyendo energía y alimentos no elaborados, repunta una décima respecto a septiembre, situándose en el 2,5%, el dato más alto desde diciembre de 2024.
Entre los incrementos anuales más destacados durante este mes, cabe resaltar la recogida de basura (30,3%), el transporte combinado de pasajeros (26,7%) o los huevos (22,5%). Y, entre los productos con los descensos anuales más altos se encuentra al aceite de oliva (-41,6%), el azúcar (-13,5%) y los paquetes turísticos nacionales (-6,4%).
La inflación media en lo que va de año se sitúa en el 2,6%, mientras que los salarios en convenio crecen un 3,5% en el mismo periodo, lo que significa que los salarios reales crecen casi un punto porcentual. Esta dinámica salarial permite recuperar el poder adquisitivo que se perdió fundamentalmente en el año 2022, y es una consecuencia directa del V Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC), que finaliza su plazo de vigencia en 2025. Por ello, para las negociaciones de la siguiente edición debe recoger una senda de evolución salarial coherente con la situación de bonanza de la economía española, que logre no solo recuperar sino ampliar la capacidad adquisitiva de las personas trabajadoras.
Además, para ampliar especialmente el poder de compra de las personas con menores salarios, la mejor herramienta es el incremento del SMI, como se ha demostrado en los últimos años. Por eso, es preciso que el SMI suba de nuevo en el año 2026 por encima de la inflación, con el objetivo de alcanzar el 60% del salario medio, ayudando a reducir la pobreza laboral y la desigualdad de ingresos.
Revisar las cláusulas de compensación y absorción que afectan a los salarios cercanos al SMI
Pero, para que su efecto positivo sea pleno, es imprescindible revisar las cláusulas de compensación y absorción, que afectan a miles de personas trabajadoras con salarios cercanos al SMI, y que, en muchos casos, se están utilizando de manera inadecuada y perversa, anulando total o parcialmente la subida del salario mínimo. Esta reconfiguración debe incorporarse en la redacción del próximo Real Decreto del SMI, garantizando que su actualización beneficie de manera real y efectiva a toda la clase trabajadora.
Además, no hay que obviar que las subidas salariales están siendo neutralizadas por los excesivos y continuados incrementos en el precio de la vivienda, con indiferencia de su modalidad. Esto está produciendo un recorte en las condiciones materiales de buena parte de la clase trabajadora, especialmente en las personas jóvenes, que no pueden independizarse. En consecuencia, UGT reclama la aplicación de la legislación que limita los precios máximos en zonas tensionadas y la puesta en marcha con celeridad de un ambicioso plan de ampliación del parque público de viviendas a precios asequibles. De lo contrario, existe el riesgo de que cualquier mejora salarial vaya a parar a los bolsillos de quienes especulan con un bien básico y fundamental como este.
En definitiva, la evolución del nivel general de los precios se mantiene en tasas moderadas, pero el repunte de los últimos cinco meses está mermando la ganancia de poder de compra de los salarios conseguida gracias al efecto del V AENC. Por ello, es crucial alcanzar incrementos salariales adecuados para el conjunto de las personas trabajadoras y continuar empujando desde la base de la distribución salarial mediante el aumento del SMI, para favorecer así a las rentas más bajas. Además, es imprescindible incorporar en la negociación colectiva cláusulas de revisión salarial automática vinculadas a la inflación, así como considerar otros indicadores estructurales, como el precio de la vivienda y los márgenes empresariales.
Los márgenes empresariales crecen por encima del 13%
En este contexto, exigimos un incremento salarial claro y contundente para todas las personas trabajadoras, porque la situación económica lo permite y lo exige. El dato más reciente del INE sitúa la tasa interanual del IPC en el 3,1 %, mientras que los datos del Observatorio de Márgenes Empresariales de la Agencia Tributaria muestran márgenes medios superiores al 13%, reflejando que los beneficios empresariales continúan creciendo con fuerza.
Por ello, no es aceptable que el aumento del coste de la vida se traslade a la pérdida de poder adquisitivo de las personas trabajadoras. La riqueza generada debe repartirse de manera más justa, trasladando parte de estos beneficios a los salarios.
UGT reclama que los convenios colectivos y la negociación salarial recojan incrementos que superen claramente la inflación, garantizando que nadie pierda poder de compra y, especialmente, que se produzcan aumentos claros y efectivos del poder adquisitivo de las personas con rentas inferiores, que son quienes más sufren el impacto de la subida de precios y quienes deben beneficiarse en mayor medida de la mejora económica.
