​El Banco Santander ha anunciado, en una reunión con las organizaciones sindicales, el proceso de reestructuración que supondrá el inminente cierre de 450 oficinas, la remodelación de otras para transformarlas en “oficinas del futuro” a razón de 350 sucursales cada año hasta alcanzar las 1.000 en el 2018 y, simultáneamente, el proceso conlleva la concentración de SSCC, sin identificar las áreas afectadas.

La Federación de Servicios (FES-UGT) considera que por parte de la empresa se está aprovechando la situación favorable que facilita la actual legislación laboral para acometer un proceso de destrucción de empleo, máxime cuando los datos del último año arrojan una retribución para 1.246 directivos de casi 700 millones de euros, mientras la totalidad de la plantilla fueron retribuidos con 971 millones de euros (Datos del Informe de la Comisión de Retribuciones en la Memoria del Santander en 2015).

El sindicato hará frente a la situación que supone la destrucción de puestos de trabajo, abaratamiento de los costes laborales y destrucción de los derechos de los trabajadores y las trabajadoras, para garantizar que las medidas se adopten por acuerdo de forma no traumática y voluntaria, minimizando, en la medida de lo posible, la destrucción de empleo como primera condición.

La próxima semana se ha convocado a todas las fuerzas sindicales para la reunión en la que se iniciarán negociaciones para acometer el proceso de reestructuración.