El Gobierno debe cumplir sus compromisos y ratificar ya el Convenio 189 de la OIT

Las personas trabajadoras del sector llevan ya 9 años esperando para salir del siglo XIX 


► Es necesario abordar en el marco del diálogo social las carencias de derechos de los trabajadores y trabajadoras domésticos. 
► Nuestro país es el segundo de la Unión Europea con más empleos en una actividad altamente feminizada y precarizada.
► Hay relación laboral, el hogar es el centro de trabajo y quienes emplean, son los empleadores. 

La Unión General de Trabajadores recuerda que hoy, 16 de junio, se cumplen 9 años desde que la Organización Internacional del Trabajo adoptó, el dieciséis de junio de 2011, el Convenio 189 sobre las trabajadoras y trabajadores domésticos, que entró en vigor el 5 de septiembre de 2013 –hace casi 7 años- para extender los derechos laborales fundamentales a los trabajadores domésticos de todo el mundo.

El sindicato destaca que, según el derecho internacional, para que este convenio sea vinculante debe ser previamente ratificado por parte de dos Estados miembro de la OIT, una ratificación pendiente en España desde 2013 y pospuesta por los sucesivos Gobiernos.
UGT lleva reclamando desde entonces que España ratifique lo antes posible el Convenio 189 de la OIT para dignificar el empleo del sector puesto que España es el segundo de la UE con más trabajo doméstico, un empleo muy feminizado y precarizado.  

El sindicato subraya la necesidad de iniciar los trámites para la ratificación de este Convenio y dar cumplimiento a compromisos incluidos en la normativa acordada en el Diálogo Social, para que la equiparación progresiva de derechos y deberes sea una realidad.

Avanzar en la equiparación de derechos 

La nueva regulación, producto del Dialogo Social tanto en materia laboral como de Seguridad Social, que entró en vigor en el año 2012, constituyó un importante avance en el reconocimiento de derechos para quienes desempeñan su trabajo en un hogar familiar. Sin embargo, Gobierno e Interlocutores Sociales, consideraron esta regulación como un primer paso, comprometiéndose en las propias normas a abordar las cuestiones pendientes de manera progresiva.

A raíz de la pandemia provocada por el COVID-19, se ha establecido un subsidio extraordinario por falta de actividad, medida que UGT considera positiva. Pero es preciso diseñar un sistema de cotización y prestación por desempleo.

Cuestiones pendientes

El sindicato reivindica igualmente, la desaparición del desistimiento como forma de extinción del contrato o cuestiones como la inclusión de esta actividad en la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, la búsqueda de fórmulas efectivas de actuación de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social, la necesidad de establecer un catálogo de tareas y una valoración económica de las mismas o de promover la labor de intermediación de los Servicios Públicos de Empleo frente a fórmulas que en muchos casos no ofrecen ninguna seguridad jurídica a la parte trabajadora ni empleadora.

Es preciso seguir mejorando la regulación y la práctica en un sector de actividad que actúa como sector refugio, especialmente para las mujeres en tiempo de crisis, que está muy unido a los flujos migratorios ya que las mujeres extranjeras representan un elevado porcentaje de las afiliaciones en el Sistema Especial de Empleados de Hogar. Un sector con salarios y pensiones mucho más bajos y en el que la economía sumergida tiene una importante presencia.

Es la rama de actividad en la que menos trabajadores lo hacen a tiempo completo, y por lo que respecta al tiempo parcial, tiene el porcentaje más alto de quienes se ven obligados a trabajar de esta forma por decisión de los empleadores y no por decisión propia.

Abordar las carencias desde el Diálogo Social 

Por ello, el sindicato considera que es necesario abordar las carencias de derechos de los trabajadores y trabajadoras domésticos cuanto antes y en el marco del Diálogo Social y sensibilizar a la sociedad para que sea consciente de que estas trabajadoras tienen una relación laboral, aunque su centro de trabajo sea el hogar.

En ese sentido, la Administración tiene que establecer mecanismos para que los empleadores, en este caso las familias, puedan cumplir con sus obligaciones para con estos trabajadores y trabajadoras porque las necesidades de las familias no pueden satisfacerse a costa de los derechos de estos trabajadores: es una relación laboral, el hogar un centro de trabajo y quienes emplean, empleadores.


 

Fuente: UGT