El futuro de Europa pasa necesariamente por recuperar la confianza de la ciudadanía con más y mejor democracia

Fecha: 09 May 2018

  • La dimensión social es imprescindible en la construcción europea: relegarla, postergarla o menospreciarla está conduciendo al fracaso de la UE como proyecto político.
  • La Europa solidaria se ha resquebrajado con la crisis migratoria, provocando una perversa utilización del trinomio paro-pobreza-migración que es indispensable combatir.

La Unión General de Trabajadores, con motivo de la celebración hoy del Día de Europa, se ratifica en su apuesta por una Europa unida de carácter social y democrática como marco político en el que establecer un cuadro completo de derechos laborales y sociales en mejor beneficio de la ciudadanía.

Las medidas económicas y sociales puestas en marcha para paliar las consecuencias de la gran crisis financiera y económica que comenzó en 2008 han dado como resultado una Unión Europea cada vez más asimétrica y desigual, tanto en la distribución primaria directa de la renta (pérdida de participación de los salarios en la distribución de la renta) como en la indirecta (salario diferido a través de prestaciones sociales), así como deteriorada en su credibilidad política, peso específico en el mundo, falta de cohesión y con alguno de sus principios fundamentales, como el modelo social europeo, en clara regresión.

El fomento de la democracia, la libertad, la solidaridad y la justicia social han sido las señas de identidad de Europa, conjugadas en un modelo social único e imprescindible para conseguir un crecimiento económico sostenible que beneficiase a todas y a todos. Esta dimensión social, es imprescindible en la construcción europea, se ha visto relegada por la idea liberal de priorizar sólo un gran mercado y una moneda común fuertes, pero huérfanos de compromiso social y estructuras políticas que lo hagan realidad, lo que ha supuesto un auténtico fracaso político en la consolidación europea.

Migraciones y solidaridad

Las autoridades europeas y los Estados miembros han mostrado en ocasiones incapacidad -y con frecuencia falta de voluntad- para abordar de manera adecuada los movimientos migratorios fuera y dentro de la UE, y lejos de adoptar una perspectiva basada en los derechos y en la protección de las personas migrantes han optado por medidas que ponen en peligro vidas y derechos humanos básicos, que cuestionan el derecho a la libre circulación de personas y de trabajadores y trabajadoras, ponen en peligro la vigencia del espacio Schengen y fomentan la aparición de grupos políticos de ideología ultranacionalista y xenófoba que encuentran un perfecto caldo de cultivo en la demagógica y perversa utilización del trinomio paro-pobreza-inmigración. La UE se ha limitado al control -a veces perverso- de fronteras y a ignorar -cuando no a criminalizar- el salvamento humano, resquebrajando así la Europa solidaria. Es por lo tanto urgente que la Unión vuelva a colocar en el núcleo del proyecto europeo la defensa de los derechos humanos, la reivindicación de los valores y principios de la democracia y la justicia social.

Más y mejor democracia
UGT reclama, en este Día de Europa, más y mejor democracia, un regreso a los principios ilusionantes que hizo de esta zona del mundo un ejemplo de integración social, política y económica y un agente de cambio positivo para otros muchos países y regiones. Desde UGT entendemos que para frenar el deterioro en la credibilidad y poder de la Unión, de manera inmediata la UE está capacitada y puede trabajar de manera inmediata en:

  • Regresar al discurso y acción política de la justicia social en todos los ámbitos de actuación de la UE, abandonando la idea de la política exterior como un mero agente de gestión de la seguridad de las fronteras y fomentando la libertad, la solidaridad, la democracia, la representatividad, diversidad y derechos de las personas en todo el mundo.
  • Una verdadera Europa federal, en la que estén las competencias estén definidas suficientemente y sean respetadas, respetando la independencia política, democrática y representativa de cada una de las instituciones (locales, regionales, nacionales y supranacionales) que la compongan.
  • Una Unión Europea más simétrica, que desarrolle políticas comunes orientadas al crecimiento económico sostenible de todos los países de la Unión, acabe con el dumping social y se oriente a la convergencia hacia arriba de derechos, salarios y calidad de vida.
  • Una Unión Europea más democrática, reforzando el papel del Parlamento Europeo, otorgándosele la capacidad legislativa que merece y la de acción, frente a otros agentes de gobierno como el Consejo o la Comisión.
  • Una Unión Europea con una política de inmigración y asilo basada en el respeto a los derechos humanos y la corresponsabilidad y la solidaridad entre los Estados Miembro.
  • Dotar al Pilar Europeo de Derechos Sociales del corpus legal y presupuesto necesarios para que deje de ser una declaración de principios de limitada capacidad y se convierta en un verdadero instrumento para conseguir justicia laboral y social en la Unión.
  • El respeto y fomento del diálogo social sectorial e intersectorial como elemento fundamental de la creación de riqueza social y económica en la Unión, y agente fundamental de la predistribución y redistribución de la riqueza generada por las personas que viven en la UE, y, para ello, establecer un marco europeo de negociación colectiva y de relaciones laborales, los derechos de información, consulta y negociación, así como el derecho a la huelga, a todas y todos los trabajadores, independientemente del sector productivo o país en el que desarrollen su tarea.
  • Un cambio del modelo de comercio que la UE está imponiendo en el mundo y fomentar el multilateralismo hacia un comercio mundial justo, desterrando los acuerdos de comercio e inversión de nueva generación que empobrecen a las personas y deslegitiman instrumentos democráticos existentes.
  • Actuar de manera decisiva dentro de sus fronteras y liderar en el ámbito internacional contra los paraísos fiscales, la evasión, la elusión y los acuerdos fiscales para empresas, procederes que suponen una actitud delictiva, una inmensa merma de recursos públicos y una competencia desleal para las empresas que tributan de manera justa.
  • Modificar el mandato del Banco Central Europeo (BCE) para que no sea solo el garante de la estabilidad de precios, sino también del crecimiento inclusivo y sostenible y del empleo de calidad.
  • Crear una Unión Bancaria y una Unión Presupuestaria Europea.
  • Configurar un Tesoro europeo con un presupuesto a la altura de una unidad federal, con ingresos propios derivados de impuestos comunitarios, incluyendo los impuestos a las transacciones financieras y sobre las emisiones de CO2.
  • Cambiar la supremacía absoluta del Tratado de Estabilidad, Coordinación y Gobernanza, y equilibrar sus dictados con un instrumento social de igual peso, mandato y autoridad. ¡Nunca más hipotecar el futuro y empobrecer a las personas en beneficio de unos pocos!
  • Establecer que las inversiones públicas de futuro no sean tenidas en cuenta como factores de cómputo del déficit en los presupuestos, de manera que el derecho a los servicios públicos de calidad no peligre en mor de dogmas económicos liberales.
  • Mutualizar las deudas públicas en un poderoso mercado financiero mediante obligaciones comunes (eurobonos).
  • Plantear proyectos comunes de desarrollo en el seno de la Unión Económica, especialmente en el campo de las iniciativas vinculadas a la potenciación de la política industrial y al cambio del modelo productivo impulsor de empleos verdes y de un desarrollo industrial sostenible como respuesta a los desafíos climáticos, energéticos y alimentarios (transportes, reconversión de edificios, energías renovables, servicios a la comunidad, etc.), así trabajar siempre pensando en la justa transición de los y las trabajadoras, fomentando sus competencias formativas. 
  • Una estrategia común europea sobre seguridad y salud laboral que regule un contenido general de condiciones de trabajo.
Fuente: UGT