El Fondo Monetario Internacional, en su informe de previsiones económicas, ha mejorado las previsiones de crecimiento de este año de la economía española, con respecto a lo que ya hizo en julio, en 0,4 puntos porcentuales, lo que sitúa el aumento del PIB real en un 2,9% para 2025, comparado con el 2,5% anterior. Del mismo modo, las previsiones para 2026 se sitúan en un 2%, frente al 1,8% pronosticado en julio.

El organismo con sede en Washington comenzó este año con unas previsiones aún más pesimistas, que situaban al crecimiento español en un 2,3%, cuando otros organismos, como el propio Gobierno o el Banco de España, ya apuntaban a un 2,6% y 2,7%, respectivamente. De igual manera, en 2024 el FMI comenzó con una previsión del 1,5% para acabar con un 3,5% de crecimiento del PIB real. Entre las advertencias comunes que suele anunciar el FMI se encuentra el aún alto nivel de desempleo, la elevada deuda y unas cuentas públicas cuyos gastos siguen superando a los ingresos.

En contraste con la visión del FMI, los datos nacionales ya mostraban una evolución más sólida. La deuda española ha conseguido bajar en sólo 4 años del 119,3% con respecto al PIB durante la pandemia al 101,8% en 2024. Y la previsión es que esta siga bajando al menos hasta final de la década, gracias al impulso del crecimiento económico, pero también a un déficit público que ha cumplido con las reglas fiscales fijadas por la Unión Europea y que seguirá reduciéndose de aquí a 2030 hasta el 1,2%, según el plan fiscal del Gobierno, pero que el FMI sigue estimando en el 2%.

Con respecto al desempleo, el FMI no confía que la economía España logre reducir el paro a menos del 10,7% de aquí a 2030, pero la realidad es que la Encuesta de Población Activa del INE del 2º trimestre ha situado ya esta cifra en el 10,3%, y el Gobierno de España prevé reducirla hasta el 8%.

 España se sitúa a la cabeza de las economías más avanzadas en crecimiento del PIB (2,9%), muy por encima de las reducidas tasas presentes en Alemania (0,2%), Italia (0,5%) o Francia (0,7%) para este año según el FMI. Algo que es muy relevante, teniendo en cuenta el nivel de conexión de la economía española con estos socios europeos y a la vista de los posibles efectos de segunda ronda que puede producir la reducción de la producción en sus industrias debido a los aranceles impuestos por Estados Unidos y por otras disrupciones externas.

 Además, España no sólo es la que más crece en 2025, sino que lleva haciéndolo de forma sostenida durante estos últimos años posteriores a la pandemia también por encima del resto de economías más desarrolladas.

En conjunto, las previsiones del FMI parecen ancladas en un marco de cautela estructural que no termina de incorporar la resiliencia demostrada por la economía española. El FMI sigue sin reconocer fielmente los avances conseguidos por la economía española en los últimos años, la cual ha conseguido crecer a la vez que ha alcanzado la cifra récord de ocupación en más de 22 millones de empleos, con políticas que han conseguido reducir la desigualdad, como el aumento del SMI, y con una fuerte negociación colectiva que, impulsada por  el V Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC), ha aumentado los salarios por encima de la inflación en los últimos años, lo que ha repercutido en una mejora del consumo de los hogares, alimentado a su vez el crecimiento económico y la creación de empleo. UGT siempre defenderá una estrategia de política económica que priorice la creación de empleo y la defensa de los derechos de la clase trabajadora, la cual ha terminado por ser, como demuestran las estadísticas, promotora del crecimiento económico.