El Eurogrupo decepciona con su insuficiente propuesta de herramienta fiscal europea

Fecha: 14 Jun 2019

La propuesta sobre el Instrumento Presupuestario de Convergencia y Competitividad (BICC) describe un instrumento con insuficiente dotación, ligado a la implantación de reformas estructurales y sin estar ligado al ciclo económico.
 
Es una propuesta a espaldas de las necesidades de los ciudadanos, hecha para contentar a las posiciones menos favorables a la integración plena.
 
El Eurogrupo (reunión de los ministros de economía de aquellos países que pertenecen al euro) que se celebra en Bruselas desde ayer, en le marco de la reunión del consejo europeo, había recibido el mandato en diciembre, de realizar una propuesta conducente a la adopción de una herramienta fiscal comunitaria concebida para poder actuar en momentos de crisis como la vivida en 2011.
La necesidad de esta herramienta fiscal se reveló cuando durante los años 2011 y 2012, al no haber otra posibilidad para reactivar las economías de los países que más lo necesitaban, a estos se les impusieron fuertes programas de ajuste que acabaron produciendo recesión y elevadas tasas de paro. Esta fue una de ls principales razones de que la eurozona fuese la única de las economías avanzadas que volvía a entrar en recesión en el año 2012 tras haber vivido la de 2009.
El triunfo de las posiciones mas reticentes a una integración política plena, como la que la euro área y la unión europea precisan para ser un proyecto viable y con capacidad de respuesta , han provocado que la propuesta que en esta materia ha realizado el Eurogrupo sea completamente insufiente.
A tenor de los detalles que se conocen:
• Su volumen es ínfimo y totalmente inadecuado para tener impacto económico significativo. La dotación del BICC (Budgetary Instrument forn Convergency and Competitivity) estaría en el entorno de 17.000 Millones de euros a repartir entre 19 países y 7 años. Esto equivale aproximadamente a un 0,03% del PIB español.
• Su aplicación está ligada a la adopción de reformas estructurales y no a la situación cíclica. Aunque se trata de una condicionalidad menor que la de los planes de ajuste que Irlanda, Portugal y España, entre otros tuvieron que adoptar, sigue teniendo un enfoque procíclico. Las reformas estructurales –que en un alto porcentaje de los casos implican desregulación, recortes de gasto públicos o privatizaciones- tienen efecto negativo sobre el crecimiento económico a corto plazo. Este esquema de uso del presupuesto impide que tenga efecto mínimamente expansivo en caso de problemas.
• No da la posibilidad de que su volumen pueda crecer durante una crisis, careciendo de capacidad estabilizadora. Al estar ligada a la estructura fija del marco Financiero Plurianual, y no presentar una vía de cómo hacer que sus recursos o empleos crezcan, o no preverse que lo hagan en el futuro, este instrumento queda solidificado sin tener ninguna capacidad estabilizadora.
 
UGT insta a los gobiernos del Eurogrupo, especialmente al español para que lleven la propuesta más lejos, hasta conformar un pilar fiscal europeo que tenga capacidad real de cumplir las funciones que son precisas durante una crisis.
Una Unión Europea que suponga un proyecto político y social ilusionante, que ofrezca un futuro a sus ciudadanos, tal y como reflejan los tratados que la conforman, necesita tener capacidad para actuar eficazmente en caso de reveses económicos.
La integración política, que pasa por la integración fiscal, garantiza el crecimiento económico y los derechos sociales, que constituyen el propósito fundacional de la UE y conforman la economía social de derecho conforme a la cual se define.
La existencia de un presupuesto suficiente y eficaz es un paso imprescindible para que la Unión Europea tenga la capacidad de actuar conforme a un programa político democráticamente elegido.
En estos momentos de inquietud política, de ascenso de fuerzas populistas y de retorno de ideas que Europa pagó un alto precio por derrotar, UGT recuerda que la integración es la mejor garantía de paz, de desarrollo, de solidaridad y el mejor antídoto contra el fascismo.
Fuente: UGT