​La Unión General de Trabajadores demanda al Parlamento de nuestro país que no ratifique el Acuerdo entre la Unión Europea y Canadá (CETA) que las partes firmaron a finales de octubre de 2016.

El Consejo de Ministros aprobará hoy la remisión a las Cortes, para su posterior ratificación, de un acuerdo injusto y desigual pensado para preservar los intereses de las grandes corporaciones y que solo atiende a los esfuerzos de liberalización de la Comisión Europea.

Para UGT, este acuerdo es insuficiente, con muchas incertidumbres legales y en que los derechos de los trabajadores siguen sin estar protegidos. Un tratado que representa una pérdida de soberanía, no solo para España, sino para el conjunto de la UE, y que supondrá la pérdida, a medio plazo, de decenas de miles de puestos de trabajo.

El sindicato siempre ha estado en contra de este acuerdo porque:

- Se olvida de salvaguardar los derechos de los trabajadores y trabajadoras, de los consumidores y de las consumidoras y de la ciudadanía en general.

- No asegura el empleo ni las condiciones del mismo.

- No asegura los servicios públicos (que deberían ser definidos de manera más amplia y quedar lo suficientemente protegidos ante los mercados mediante una cláusula específica).

- Es problemático y confuso en cuanto a la protección de las inversiones y la resolución de disputas inversor-Estado (ISDS/ICS). En los Estados democráticos constitucionales no se requieren derechos especiales para los inversores privados, por lo que no es necesario establecer un Tribunal de Inversión Especial.

- No descarta, de forma expresa, que los estándares sociales, laborales y medioambientales puedan ser interpretados como barreras al comercio.

- No establece un mecanismo de sanciones legales que castigue las infracciones de la legislación laboral y medioambiental.

- Las denominaciones de Origen de nuestros productos gastronómicos quedan desprotegidas, por ejemplo, sólo se contemplan dos quesos con Denominación de Origen españoles frente a 28 franceses.

UGT siempre ha defendido un comercio justo que cree riqueza y progreso igualitarios, y unas relaciones comerciales que respeten normas justas y democráticas, algo que el CETA no cumple. Por ello, pide a las fuerzas parlamentarias que, en el momento de su ratificación en el Congreso de los Diputados, voten en conciencia de los ciudadanos a los que representan, muestren su disconformidad con el mismo y preserven los derechos de la población española y europea. El sindicato continuará movilizándose y siguiendo con detalle cada paso que siga este tratado en nuestro país.