El Comité Económico y Social Europeo respalda el Acuerdo de Schengen
Fecha: 19 Feb 2016
El Comité Económico y Social Europeo (CESE) aprobó en su pleno de los pasados 17 y 18 de febrero una resolución, votada por los representantes de UGT, que respalda el Acuerdo de Schengen como imprescindible espacio de libertad de movimiento para los trabajadores y ciudadanos comunitarios, ante las intenciones de su posible anulación.
La resolución señala que la libertad de movimiento es el éxito más tangible de la integración europea. El Acuerdo de Schengen, que permite a la gente a viajar libremente de un país a otro para trabajar, estudiar o por ocio, y que libera los obstáculos materiales al movimiento de bienes y servicios es una piedra angular del mercado interior, por valor de 2.800 millones de euros, con la participación de 1,7 millones de trabajadores transfronterizos y que anualmente genera 57 millones de movimientos de transporte por carretera a través las fronteras. La supresión de los controles fronterizos ha jugado un papel importante en la destrucción de las barreras, en el acercamiento de los pueblos y en la estimulación de la economía europea. Varias generaciones de europeos han crecido disfrutando de Schengen sin darse cuenta. El coste de la restauración de los controles en las fronteras interiores se estima en 100 millones de euros, o el 0,8% del PIB y sería sinónimo de empobrecimiento cultural, social y económico.
El CESE respalda los principios que llevaron a los Estados miembros firmantes del acuerdo de 1985 a afirmar "tener conciencia de que la unión cada vez más estrecha de los pueblos de los Estados miembros de las Comunidades Europeas debe plasmarse en el libre paso de las fronteras interiores para todos los nacionales de los Estados miembros y en la libre circulación de bienes y servicios" y "deseosos de fortalecer la solidaridad entre sus pueblos mediante la eliminación de los obstáculos a la libre circulación en las fronteras comunes entre los Estados [ ...]". Este acuerdo aspiraba a la unión de los pueblos y la solidaridad entre los pueblos. Atentar contra esto sería además de las consecuencias económicas aterradoras, quebrantar la solidaridad y la propia Unión, un golpe que podría resultar fatal.
El Comité también respalda sin reservas el principio que guió a los Estados miembros firmantes del Tratado de Funcionamiento de la Unión a prever que "La Unión desarrollará una política que tendrá por objetivo garantizar la ausencia total de controles de las personas, sea cual sea su nacionalidad, cuando crucen las fronteras interiores", proporcionando al mismo tiempo una gestión eficaz del control de las fronteras exteriores. (Artículo 77, párrafo 1).
Los miembros del CESE, como representantes de la sociedad civil europea, están cada vez más preocupados por la presión sobre el Acuerdo de Schengen. El Comité pide a los gobiernos europeos que no cedan a las presiones populistas y al miedo, sino que defiendan los derechos por los que hemos luchado. El Comité reconoce que los acontecimientos recientes han puesto de manifiesto graves deficiencias en la gestión de las fronteras de Europa y sobre la capacidad para realizar un seguimiento de manera efectiva de las actividades criminales. Debemos abordar estas preocupaciones, pero Schengen no es el problema, y no debe ser tampoco un chivo expiatorio. Las instituciones de la Unión Europea deben evitar a toda costa un desmantelamiento gradual de las normas de Schengen y, por lo tanto, del mercado interior, que, en última instancia, sería en detrimento de todos.
La fuerza del espacio Schengen no puede ser únicamente la de su eslabón más débil. La protección de las fronteras de la Unión Europea incumbe a todos, ya que el conjunto de los Estados miembros comparte su responsabilidad. Los compromisos asumidos por los Estados miembros para desarrollar y consolidar una agencia Frontex, eficaz y operativa, deben ser respetados. En ausencia de controles eficaces en las fronteras exteriores, la Unión no será capaz de garantizar el acceso a su territorio a los refugiados que necesitan ayuda. En última instancia, los controles en las fronteras exteriores eficaces son un requisito previo para el mantenimiento del sistema de Schengen. La seguridad de las fronteras no debe significar el rechazo de aquellos que necesitan protección por razones humanitarias en conformidad con la Convención de Ginebra.
Por ello, el CESE señala que se debe estar preparado para encontrar soluciones audaces para salvaguardar los derechos y proteger una Unión sin fronteras interiores, permitiendo a la gente trabajar, el comercio, el estudio y el libre intercambio de ideas, bienes y servicios. Esa es Europa, Schengen y los derechos sociales y fundamentales que se deben defender.
Por consiguiente, el Comité se dirige a las organizaciones europeas y nacionales de la sociedad civil para que muestren su apoyo no sólo para mantener, sino también para consolidar el espacio Schengen y su ampliación. Además, se compromete a intervenir ante las instituciones de la UE, incluido el Consejo, para que los Estados miembros permanezcan fieles a los principios de los tratados y acuerdos que claramente representan un patrimonio para la Unión de los pueblos europeos.