Comunicado de UGT ante el fallecimiento del papa Francisco

Fecha: 21 Abr 2025

Foto del Papa Francisco

Desde el respeto más absoluto a todas las confesiones y creencias religiosas, o a no tenerlas, y desde nuestra posición laicista, la Unión General de Trabajadoras y Trabajadores (UGT) quiere expresar su pesar por la muerte del papa Francisco, una figura de referencia moral y social que ha dejado una huella profunda en la defensa de la dignidad humana, especialmente entre quienes más sufren la desigualdad, la pobreza o la exclusión.

Francisco no fue solo un líder espiritual. Fue también una voz comprometida con la justicia social. Su defensa de las personas migrantes, a las que pidió acoger, proteger, promover e integrar, ha sido constante y valiente. Denunció que rechazar a quienes huyen de la guerra, el hambre o la desesperación es un pecado grave y una ofensa a la dignidad humana. Y desmontó la idea de que la migración es una crisis, recordando que se trata de un fenómeno humano que exige respuestas solidarias, no muros ni discursos de odio.

El papa Francisco hizo del trabajo digno y con derechos una de las piedras angulares de su pensamiento social. “El trabajo es con derechos o es esclavo”, advirtió con rotundidad, resumiendo en una sola frase una reivindicación histórica del sindicalismo que representa UGT. A lo largo de su pontificado, denunció la explotación laboral, la precarización del empleo y la creciente desigualdad, al tiempo que abogó por garantizar condiciones laborales justas para todas las personas. Reivindicó también el Salario Básico Universal como una herramienta de justicia social imprescindible en un contexto de automatización, informalidad y vulnerabilidad creciente. Recordó que toda riqueza tiene un origen colectivo —en el esfuerzo de generaciones de trabajadoras y trabajadores, en la inversión pública y en el desarrollo del conocimiento compartido— y que, por tanto, es justo y necesario que sus frutos se distribuyan de forma equitativa entre todos los miembros de la sociedad.

Asimismo, el papa Francisco alzó su voz contra las guerras y el sufrimiento que provocan, sin importar su escenario geográfico. Condenó con firmeza la masacre en Gaza, el asesinato de civiles indefensos, la destrucción de infraestructuras básicas y el uso del hambre como arma de guerra, señalando que ese horror también es una forma de terrorismo. Denunció, además, la vergonzosa incapacidad de la comunidad internacional para detener el exterminio y proteger a la población civil. De igual modo, mostró su constante preocupación por la guerra en Ucrania, reiterando la necesidad urgente de buscar salidas diplomáticas y el fin de un conflicto que ha causado un enorme coste humano y ha exacerbado la inseguridad global. Su mensaje fue siempre claro: no puede haber justicia mientras haya guerra.

Y como pastor, abrió caminos hacia una Iglesia más humana e inclusiva. En su autobiografía Esperanza, dejó claro que “ninguna ley canónica” impide a personas homosexuales o transexuales ejercer como padrinos o madrinas en sacramentos como el bautismo o el matrimonio. Un gesto valiente en favor de la dignidad de todas las personas.

Desde UGT, queremos rendir homenaje a un Papa que habló claro, que estuvo del lado de las personas trabajadoras, de los migrantes, de los pobres, de las personas discriminadas. Su legado trasciende lo religioso. Es un legado profundamente humano, profundamente social. Nos interpela y nos compromete a todas las personas que luchamos por un mundo más justo, más digno y más humano.

Descanse en paz.


Madrid, 21 de abril de 2025
Comisión Ejecutiva Confederal de UGT