¿Alemania o Islandia?
Fecha: 20 Ene 2018
Dos países de europeos, Alemania e Islandia, acaban de adoptar iniciativas legislativas para acabar con la brecha salarial entre mujeres y hombres en sus respectivos países. Más allá de las medidas, de calado muy diferente, ambos representan un paso muy importante en la lucha efectiva por la igualdad y no discriminación por razón de sexo, un problema que aqueja a toda Europa.
Alemania ha optado por la transparencia, y las empresas de más de 200 trabajadores y trabajadoras tendrán que publicar los salarios de hombres y mujeres y equipararlos, mientras que las de más plantilla tendrán que emitir un informe sobre las medidas que han adoptado para equiparar salarios. Islandia, por su parte, acaba de aprobar una ley por la que todas las empresas de más de 25 trabajadores deberán hacer públicos los salarios de hombres y mujeres y demostrar anualmente que cumplen con el principio de igualdad, porque si no es así serán sancionadas.
Nos gusta más el modelo islandés, en la medida en que desciende para equiparar sueldos a empresas de menor tamaño, pero en España tenemos que dar pasos de gigante para llegar a los niveles de igualdad de este país. Islandia va muy por delante, no sólo del nuestro, sino de todos los países europeos porque es uno de los más igualitarios, según datos de la OCDE.
Es indudable que ambos han abierto un camino que desde la Unión General de Trabajadores estamos reclamando para España desde hace muchos años y que el Gobierno se niega a adoptar, porque prefiere dejar en manos de los empresarios que se cumpla el imperativo de igual sueldo por trabajo de igual valor. Ni siquiera ha hecho caso del requerimiento parlamentario que lo instó en febrero del pasado año a promover una ley de igualdad salarial, tal y como reclama UGT.
Y por eso avanzamos a paso de tortuga. La reticencia a aplicar medidas de equiparación salarial y no discriminación ha provocado que las mujeres hayamos regalado, el pasado año, 54 días de nuestro sueldo a los empresarios, porque en esa cifra se encierra la diferencia salarial media que existe entre mujeres y hombres en 2017, según datos de Eurostat.
Si bien es necesario realizar una intensa labor en la negociación colectiva en la lucha por la igualdad retributiva, desde UGT consideramos que es imprescindible y urgente una ley que ponga las cosas en su sitio y que obligue a cumplir el mandato constitucional de garantía de igualdad y no discriminación contenido en los artículos 9 y 14 de la Carta Magna.
No hay que olvidar que España triplica las brechas salariales de Italia, Luxemburgo y Rumanía.
No podemos consentir la infravaloración del trabajo de las mujeres, que provoca situaciones de discriminación, bajos salarios y las condiciones de trabajo y de vida más precarias ya que dificultan libertad, su independencia económica y una mayor participación social, política e institucional.
Erradicar la brecha salarial requiere normas acertadas, eficaces y dialogadas, que nos sitúen en el camino que parece que se está empezando a trazar en parte de Europa, al menos, como en Islandia.