Tenemos la obligación y el empeño de procurar que nadie se quede descolgado de esta fase de recuperación económica. Y, es más, tenemos que reincorporar a este tren a todos los que se quedaron fuera en la crisis. Ese es nuestro principal objetivo.

Es el momento de recuperar lo que nos han arrebatado, a las trabajadoras y trabajadores, a la ciudadanía en general, durante estos años con la excusa de la crisis, utilizando el manido ‘no hay dinero’. Es el momento de que nos devuelvan lo que nos han quitado porque la economía está en proceso expansivo y sí hay dinero.

Que hay dinero lo certifica hasta el Sr. Montoro, que en la presentación de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) incluso pidió un esfuerzo a los empresarios para que contribuyeran a elevar los sueldos. Sin embargo, éstos siguen sin hacer caso. Prefieren seguir aumentando beneficios a costa de empobrecer a los trabajadores. La Agencia Tributaria confirma que crecen más que los salarios e incluso en valores superiores anteriores a la crisis.

Sin embargo, España es ya, según un informe de la Comisión Europea, el tercer país de la UE, por detrás de Rumanía y Grecia, con mayor porcentaje de trabajadores pobres (14,1%). Este aumento ha sido mayor desde la reforma laboral de 2012 que ha consolidado la precariedad y ha roto el equilibrio en las relaciones laborales, dando más poder a los empresarios.